05.10.2011 - Ya vimos los pormenores técnicos y futbolísticos en la entrega XI de la sección "Bielsa en Bilbao". Se jugó el clásico vasco (Real Sociedad - Athletic Bilbao) en Amoeta. Se lo llevó el Athletic pero, ahora, eso no importa.
Horas más o menos simultáneas traían noticias de clásicos argentinos: apenas se sabían las intenciones de Ríver para aplazar el superclásico del año en honor a la seguridad, cuando un hincha de Rácing fue internado con un balazo en su pierna dado por un hincha de Independiente, a cuadras del estadio, en la previa del clásico de Avellaneda.
El horario del derby vasco obligó a cambiar los hábitos. El patético Jaume Roures (presidente del grupo Mediapro) sigue afirmando (descaradamente) que "Hemos puesto este tipo de horarios porque pensamos que son buenos para el fútbol y para los espectadores", cuando se conoce desde hace tiempo que "tenemos que intentar que la Liga y sus equipos tengan expansión Internacional y para eso, el horario es un factor fundamental, por eso tenemos que poner el partido a un ahora razonable para que los fans de la Liga puedan seguir los encuentros" (Francisco Roca, Director General de la LFP).
Aún más honesto, Don Francisco Roca se olvida de aclarar que los aficionados referidos son los constituyentes del mercado asiático (compradores de camisetas) y no se rehúsa a confesar la aspiración a imitar a la mercenaria Liga inglesa, pionera en jugar partidos bajo el sol vertical.
Así, en honor a la billetera del simpatizante asiático, el vermouth y las rabas del domingo vasco se adelantaron a las 12.00 del mediodía, mezclados con kalimotxos, cañas, cafés con leche y pinchos de tortilla. “Nunca he sufrido tanto calor”, dijo Llorente apenas terminado el partido.
Pero ni el horario, ni el almuerzo, ni la derrota, ni los ausentes chinos, ni la crisis europea rompieron la armonía del espectáculo deportivo. Imaginemos el paradero del muchacho del video (abajo), de transpolarlo a un clásico argentino.
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