Friday, April 16, 2010

Carta abierta a Ángel Cappa.


Don Ángel:

Sensaciones encontradas.

Dueño de una dialéctica desigual, en el mundo de nuestro fútbol criollo, que invita a seguir escuchándolo aun cuando termine sus alocuciones, expositor de franqueza, coherencia y honestidad intelectual, excelso e inmejorable puteador, pareciera manejar como pocos el arte de acentuar cada palabra como lo merece en cada situación, aproximado en el imaginario (e ideología futbolística) a César Menotti y Jorge Valdano…

Pero adosar esto, fundirlo, conjugarlo al momento que pasa Ríver ¿puede tener visos de realismo mágico? Quizás sea ver un comandante de impecable smoking en el desesperado naufragio de un gomón pinchado o un arquitecto con posgrados en Suecia construyendo casas prefabricadas (?). ¿Qué saben los suecos de construir con cartón? ¿Y de descenso?

Le llegarán refuerzos… “Yo no necesito refuerzos, los necesita Ríver…” – dijo perfecta y elegantemente. “River tiene una historia futbolística y voy a ser fiel a esa escuela…”

Don Angel, ¿qué diría Sarmiento hoy de nuestra escuela pública? ¿Cómo enseñarle a un chico sobre isotermas e isobaras, sobre vanguardias y fascismo, sobre Lope de Vega y Bécquer cuando le hace ruido la panza?

Tiempo y perseverancia van de la mano y son variables ineluctables de su menú. Usted, Don Ángel, no irá a hablarle a los pibes de la pelota hembra, el botín macho y el romance del cuero. Usted irá, cuesta arriba, por una veta humana y cuasi escolástica a pibes play que acumulan bolsas de insultos y esperanzas turbias.

“Por suerte tenía varias propuestas para seguir trabajando. Incluso a última hora dos equipos de Europa me ofrecieron trabajo, pero la atracción de Ríver es demasiado intensa e ilusionante” – escribió en su blog.

Sensaciones encontradas. 

Si usted, Don Ángel, se negaba como indica el manual del sentido común, quizás se hubiese leído como un alza en su imagen, dado el último capítulo exitoso de su trabajo (Huracán). Pero como usted, emparentado a Coco Basile, no anda en esas lecturas, se arrojó al tren (de un grande) que teme no vuelva a pasar por su estación y, acaso emparentado a Timoteo Griguol , se embarca en “esta nueva y emocionante aventura.”

"No vayas a River Te vas a "Quemar" angel", dice (sic) uno de los más de 2400 mensajes que recibió en su post. Y las probabilidades están en paralelo y proporción al desafío. “Sé que será muy difícil por la situación que atraviesa Ríver, intentando ordenar el club y recomponer el equipo”.

Con todo, creo, Don Ángel, que es una decisión acertada de Passarella (incluso veo más acierto en Passarella que en usted). Creo que era inminente un movimiento de descompresión, un giro de timón, tan radical como posible mientras no apure el naufragio. Y eso pueden provocarlo hoy pocos entrenadores, casi sólo usted, por su dialéctica, su perfil e imagen.

Es curioso citar a Michel Foucault hablando de fútbol. Ya lo hicimos y lo volvemos a hacer. Estudioso de las genealogías, una de las columnas de sus extraordinarias investigaciones es el estudio del discurso, lo que se dice, quién, cómo, cuándo y por qué se dice. Pero sobretodo, y quizás dándole mayor importancia que a los dichos o discursos, deteniéndose en lo que provoca y genera el dicho o discurso.

Esta es la cualidad príncipe que me inclina a creer en el acierto de Passarella. Por lo que usted, Don Ángel, fue y es capaz de generar a partir de su diálectica desigual (entendida como humo por muchos), coherencia y persuasión. Porque el fútbol también es un estado de ánimo.

Pero las sensaciones se mueven en colisión. Tiempo es lo que Ríver no tiene y usted, Don Ángel, deberá correr más rápido que la paciencia maltratada del Monumental.

Tendrá que encontrarse con el arquerito Vega y calzarle los guantes, tendrá que abrazar a Ortega, tendrá que enfrentar tanto periodismo como nunca antes y a cierto paladar y soberbia riverplatense de vieja estirpe que repite su nombre con otro apellido.

Entre imaginar a un puñado de hinchas de Independiente Rivadavia de Mendoza colgando trapos contra Ortega en las mismas gradas del Monumental e imaginarlo a usted en andas, prefiero quedarme con la segunda imagen.

Un cálido abrazo, Don Ángel.
.

No comments:

Post a Comment