P-Diddy y Jay-Z en el fútbol inglés.

[Adrián Pertoldi] El mundo del rap se sostiene bajo algunos elementos esenciales para su comprensión: lujos, chicas sexy y letras, en algunos casos livianas de contenido, que han repercutido desde principios de la década del ´70 hasta la actualidad en la vida cultural norteamericana y que se ha desplazado a diversos puntos del mundo. Entre sus principales referentes en la actualidad se encuentran Jay-Z y P-Diddy (antes llamado Puff Daddy), ambos multimillonarios y que, además de una vida excéntrica, plagadas de ostentación, deciden invertir en el fútbol inglés.

Como los jeques árabes o el ruso Roman Abramovich, estos dos raperos neoyorquinos quieren meterse de lleno en la Premier, con amplitud de clubes con severísimos problemas financieros y a la búsqueda incesante de capitales que les permitan sortear esta compleja situación. 

P-Diddy está en tratativas para quedarse con la totalidad de las acciones del Crystal Palace, con pasado reciente en Premier y que en la actualidad se ubica en los últimos puestos de la segunda división. Según The Sun, su deuda asciende a € 545 millones y el rapero tendría todo apalabrado para manejar los destinos de esta institución en una riesgosa apuesta económica para sacar a flote a uno de los históricos clubes de Inglaterra.

Por su parte, Jay-Z, esposo de Beyoncé, adquirió su fanatismo por el Arsenal luego de ver a Thierry Henry con la camiseta de los Gunners. "Cuando le vi pensé que era un jugador increíble, desde entonces he sido un gran fan del club y aún hoy en día practica el mismo fútbol vistoso de aquella época".

Su participación no sería tan extensiva como la de su colega en el Palace. Se presume una participación minoritaria en el conglomerado de acciones que forman parte del Arsenal. Por su admiración hacia el astro francés, Jay-Z anhela formar parte de la estructura de la institución de Londres. No sería su única inversión en materia deportiva, debido a que también posee parte de las acciones del equipo New Jersey Nets, de la NBA.

Rap y fútbol unidos a la sombra de billetes verdes, lo que les hace falta a los clubes ingleses y les sobra a estos extravagantes raperos, que se inscriben como partícipes del planeta fútbol.