En un partido de aburrimiento y respeto, Argentina ganó bien en Munich a Alemania (1-0).
Cuatro o cinco llegadas se vieron en un partido de mediocampo y presión permanente. Así salió Argentina, reforzando el juego defensivo y obligando a jugar a Alemania a uno y dos toques.
Ya a los 15 minutos Argentina avisó dos veces con los desprendimientos de Di María e Higuaín. A los 37, el mismo Di María revienta el travesaño (pase de Verón) y a los 44 habilita a Higuaín que hizo un nudo con Adler (arquero) para poner el 1-0.
Un triunfo que viene a tranquilizar y dar confianza a los muchachos que no se desconcentraron y mantuvieron orden a lo largo del partido. Rendimientos dispares pero una identidad de equipo amagan con trazar un horizonte diferente al que proyectaba Argentina hasta el momento.
La importancia de Verón regulando tiempos y panoramas a la par de un luchador Mascherano, el despliegue carrilero de Jonás Gutiérrez, la velocidad de Di María y la solvencia de Demichelis fueron claves para cerrar un partido satisfactorio.
Como un libro en desarrollo, siempre hay correcciones pendientes, sobretodo en los laterales (Otamendi fue lo más flojo) y en la extensión de un equipo que, por momentos, aparece partido de ¾ hacia adelante. Pero, fundamentalmente, antes de Alemania, Argentina se ganó a sí misma.
Esperemos que este triunfo no dispare la desmesura ni el exitismo que empezamos a absorber a partir de las publicidades del canal deportivo que se quedó sin Fútbol de Primera.
ARGENTINA: Romero; Otamendi, Demichelis (Burdisso), Samuel, Heinze (C. Rodríguez); Gutiérrez, Verón, Mascherano, Di María; Higuaín (Tévez), Messi. DT: D. Maradona.
ALEMANIA: Adler; Boateng, Mertesacker, Tasci, Lahm; Muller, Ballack, Schweinsteigeir (Khedira), Podolski; Ozil (Cacau), Klose (Mario Gómez). DT: J. Loew.
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