Hablábamos con Walter (Fonseca) en la previa del partido. Sobre la jerarquía de este Real Madrid, sus individualidades, su expectación y obsesión de Champions. Sobre los pasos de Pellegrini, la pólvora de CR, Higuaín y alguna debilidad por el juego de Guti.
Portales, afición, sospechas, la sede finalista, apuestas y el dinero invertido (unos u$s 140 millones) hicieron gala de “seguros” previstos para concluir, como pocas veces, que los partidos hay que jugarlos.
Walter no dudó un instante. Vio el partido de ida en el Stade Gerland (Lyon 1-0) y desde entonces aseguró, en la más cristalizada soledad, que Lyon pasaría a cuartos de final y, para respaldar sus dichos, no sólo apostó la creación de un blog propio para publicar su pronóstico:
“la presión localista merengue de no convertir goles tempranos puede generar desconcierto ante un equipo bien cerrado que llega, con hombres escurridizos, a escribir una historia… Pronóstico: pasa Olympique Lyonnais.” escribió en su nuevo blog.
Fueron dos partidos en uno. Un primer tiempo que se inició con la ansiada apertura: Guti por la izquierda en profundidad a Cristiano Ronaldo que, arrastrando su marca, pone el 1-0 desde un ángulo poco previsible.
Siguió todo bajo exclusivo dominio merengue, pelota, terreno, cambios de ritmo, llegadas; el Madrid fue una sinfonía en velocidad y el Bernabeu un coliseo sediento de sangre asegurada. El lustroso Rolls Royce contra el franciscano Lyon que dejaba un mástil inverosímil (Licha López) allá en la lejanía y jugaba con uno menos (el frustrado Cris que no dejaba de cometer errores en la última línea).
Carreras de Cristiano, distribución de Guti, estocadas de Kaká, centros de Ramos, amenazas de Higuaín… Lyon, que perdió su invicto de valla (620 minutos) al minuto 5, estaba contra las cuerdas.
Pero el Madrid no remató. Higuaín (tal como en Argentina – Alemania) se deshizo de Lloris (arquero) y remató (tal como en Argentina – Alemania, con el arco vacío) al palo: esta vez no entró. Desde entonces el pipita, resistido, fue una sucesión de pifias y errores.
El segundo partido fue el segundo tiempo, cuando Lyon salió a jugar en campo contrario para desvelar las fragilidades de este ampuloso Madrid: Toulalan a organizar la última línea, Kallstrom por Boumsong, Gonalons por Makoun en ¾ y a pelear la mitad de cancha.
Entonces la pelea se hizo pareja y el Madrid dejó de visitar el área de Lloris. Govou cabeceó sobre el travesaño y después fusiló a los hinchas de la cabecera (´52)
Los minutos pasaban, los murmullos multiplicaban el tiempo, Delgado pisaba la pelota, Licha López vivoreaba peleando con el off side, Guti ya no encontraba receptores limpios, Kaká no afinaba en los tiros libres, Higuaín seguía errando y hasta el infortunado Cris ganaba todas las que jugaba.
El minuto 75 fue el baldazo: Pjanic empató el partido por el lado de Ramos, perforado durante todo el segundo tiempo. Y en los cinco finales, cuando el Madrid perdió toda brújula, Licha López primero y Delgado después, erraron solos frente a Casillas.
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