15.05.2010 - Calígula - Después de empatar (0-0) con Belgrano de Córdoba, Quilmes logró el subcampeonato del Torneo B Nacional que significa la segunda plaza de ascenso directo a Primera División (detrás de Olimpo).
La crónica puede decir que hacía varias fechas que Quilmes venía postergando el festejo y que hoy con el empate le alcanzaba. Puede extenderse y decirse que la espera fue de tres años. Y puede continuarse para tocar asuntos tan conocidos como intrigantes y correlativos: uno se trata del “ascenso digitado de Quilmes” que ya expusimos; el otro, no menos descifrable, podemos llamarlo “la maldición de la bruja” y refiere a los últimos ascensos y descensos cerveceros.
El mito de “la maldición de la bruja” comenzó en la década pasada y se extinguió (?) con el ascenso de 2003, contando que desde mediados de los ´90 pesaba una maldición sobre la suerte futbolística cervecera: desde el descenso de 1992, Quilmes peleó reiteradas veces por lograr el ascenso pero sólo se quedaba golpeando la puerta.
En 1994, el equipo era protagonista del Torneo que luchaba mano a mano con Gimnasia y Esgrima de Jujuy. Entonces los dirigentes de turno tomaron la decisión de adquirir los servicios de una mujer (caratulada como “bruja”) para que diera una mano hacia el ascenso.
La mujer, muy conocida en su pueblo de Chascomús, puso un precio de $ 4.000 y los dirigentes negociaron un 50% de adelanto y otro tanto a trabajo concluido.
A la semana siguiente, Gimnasia y Esgrima de Jujuy perdió 0-3 mientras Quilmes le ganaba a Morón (1-0) tal como la bruja había vaticinado. Sin embargo, repentinamente el partido se suspendió por pirotecnia en el campo de juego.
Días después la mujer apareció en el club para reclamar la segunda mitad del pago, pero los dirigentes se negaron a pagar porque el partido con Morón no había finalizado.
La mujer desató su enojo, luego furia y luego maldición entre la carcajada dirigencial: tendrán “13 años de mala suerte”.
Poco después se reanudaba el partido con Morón y Quilmes perdía 2-3 junto con la chance de puntear. Dos fechas después, el Lobo jujeño se consagraba campeón y se marchaba a Primera División.
Pasaron cinco temporadas sin pena ni gloria, hasta que Quilmes perdiera tres finales directas por el ascenso en el 2000: el mito y la maldición tomaron cuerpo en el Sur y se acrecentaron el año siguiente (2001), cuando se perdieron una semifinal y dos finales más.
Fue entonces que los dirigentes, otrora contratistas y luego risueños, resolvieron viajar a Chascomús a cancelar la vieja deuda pero se encontraron con la noticia de que la mujer había muerto.
El maleficio se cortó en la temporada 2002/03, cuando Quilmes venció a Argentinos Júniors por el segundo ascenso y luego, doce años después de la maldición, el Cervecero había vuelto a ascender.
Los rumores que implican a la dirigencia actual también traen situaciones poco claras. Pero esta vez no viene de superstición sino de política.
Mucho, poco o nada de crédito, las historias sumarán páginas al anecdotario: Quilmes, el decano no tan decano, vuelve a Primera.
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LA HISTORIA DE QUILMES: NO TAN DECANO..
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