29.05.2010 - Calígula - En Liverpool (Inglaterra) dos minutos de silencio y 39 campanadas fueron dedicados a la afición italiana del Juventus. En Italia, la Juve organizó un partido conmemorativo en el que participarán directivos de ambos clubes, jugadores de aquella final y familiares de víctimas.
Hoy 29 de mayo (2010) se cumplen 25 años de la final de Heysel (Bruselas), considerada la primera tragedia deportiva televisada, donde murieron 39 aficionados y más de 600 resultaron heridos.
Final de la Copa de Europa: Liverpool y Juventus llegaban a Heysel tras enfrentarse en la final de la Supercopa de Europa, que ganaron los italianos. Jugadores y aficionados del Liverpool buscaban venganza, especialmente porque no se había podido jugar el partido de vuelta. La final del 29 de mayo de 1985 se entendió como un duelo entre dos potencias, la dominante (inglesa) y la aspirante (italiana).
Los enfrentamientos que provocaron la avalancha se iniciaron hacia las siete de la tarde, todo había comenzado a gestarse mucho antes. La señal de televisión trasladó a cada casa, restaurante, bar y lugar en el que millones de personas aguardaban el inicio de la final de la Copa de Europa las imágenes del desenlace de la tragedia. Sólo una televisión cortó la emisión: la República Democrática de Alemania.
Pero la UEFA no suspendió el partido que ganó la Juve (1-0) con penal de Platini: "Al principio escuchamos que había un problema en el estadio y sabíamos que una o dos personas habían muerto".
Luego la UEFA expulsó a todos los clubes ingleses de todas las competiciones europeas por un período de cinco años (Liverpool a diez años y luego rebajado a seis).
En 1989, 14 seguidores del Liverpool fueron encontrados culpables de homicidio involuntario luego de un juicio en Bélgica que duró cinco meses. Fueron condenados a tres años de cárcel, con la mitad de la sentencia suspendida pero nunca se ha conducido una investigación oficial para averiguar qué fue lo que realmente ocurrió esa noche.
Desde entonces la FIFA eliminó las zonas sin asientos, las vallas fijas se sustituyeron por otras abatibles con salidas de emergencia, quedó prohibida la venta de alcohol en los estadios, se fijaron medidas para que las aficiones nunca coincidieran ni antes, ni durante ni después de un partido, llegaron las cámaras de videovigilancia, la prohibición de entrar con botellas de vidrio, banderas con mástiles y cualquier cosa que pueda ser usada como arma arrojadiza.
Pero aún así, Inglaterra tardó en aprender la lección. Cuatro años más tarde, fallecían 96 aficionados del Liverpool en Hillsborough.
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