Eran tiempos en que Mario Sapag, con dos, tres y cuatro cigarrillos entre los dedos, repetía una y otra vez, bajo la caracterización de Menotti, que Olguín era alegre y Pernía triste. La opinión de entonces pedía a Vicente Pernía para el puesto de lateral derecho que había dejado vacante Jorge Carrascosa por decisión propia. Sin embargo Menotti prefirió fabricar a Jorge Olguín – marcador central – para el puesto.
La lista definitiva la dio en enero de 1978 y la ausencia de Carrascosa, capitán, causó sorpresa. Obviamente no había diarios deportivos ni programas ni internet y la cuestión se vivió en comentarios de fútbol entre alguna que otra nota periodística. Carrascosa habló con Menotti, le comunicó su decisión de no estar y las cosas devinieron con una “hoy perdida” naturalidad profesional.
Después de la disputa Fillol – Gatti, la fallida convocatoria a los “extranjeros” y de los cortocircuitos con Ríver, hombres como Piazza, Wolff y Juan José López habían quedado fuera de la nómina.
Pero lo de Carrascosa fue diferente. Sin conflictos (ni personales ni institucionales) de por medio, el “lobo” (no sabe bien por qué el sobrenombre) plantó bandera y desde entonces el silencio, en conspiración con cierto periodismo aventurado, tejió historias ni confirmadas ni desmentidas.
Conclusiones de diarios de lunes dieron luz a presuntas negaciones éticas respecto de la situación política del país con sucesión y diversidad de matices.
Hoy, a sus 61 años, Jorge Carrascosa aclara: “La actitud que tomé no la hice consciente, no me puedo engañar. No sabía los riesgos que se corrían, actué de manera natural, como lo hice siempre, para mí primero está el hombre y después la profesión. Estoy definido en eso. Nunca imaginé todo lo que estaba ocurriendo en el país. Incluso aunque alguien te contara algo, uno quizás no lo creía. La prensa influyó mucho en esos años para que no se observase lo que realmente ocurría”.
La cuestión parece basarse en razones personales en relación con el mundo del fútbol y su proyección íntima, cargada de cierta dosis ética y resabios de desmotivación:
“No estaba de acuerdo con que el Mundial sea jugado como algo de vida o muerte, para mí era un hecho natural, aunque no así para los demás. Un partido de fútbol es simplemente eso, nada más. En un partido no está ni el amigo, ni un hermano, ni la patria, ni la vida, no hay que confundir, hay cosas mucho más importantes”.
De hecho su retiro se confirmó en su último partido para Huracán el 2 de diciembre de 1979 cuando tenía 31 agobiados años y le restaban dos de contrato.
Indagando o tratando de esclarecer el asunto se vuelve a su participación en el Mundial de Alemania 74 en el que Argentina fue eliminada en 2º ronda: en el último encuentro de la primera fase, Argentina debía ganarle a Haití por 3 goles de diferencia y esperar que Polonia le ganase a Italia. Entonces entró en escena la incentivación: el plantel argentino casi completo ofreció u$s 25.000 a los polacos por cumplir el objetivo que finalmente se cumplió. Polonia venció a Italia (2-1) y Argentina a Haití (4-1).
“Fue algo que me cayó muy mal. Yo debo rendir al máximo sin que me des a cambio nada, lo único que hace es desvirtuar la esencia del deporte. No me presté para eso como no lo haría nunca. Uno debe distinguir las cosas que están bien y las que están mal”.
Pasa el tiempo y la ambigüedad del caso Carrascosa parece no despejarse (jamás), ni aun con su propia palabra:
“Por un montón de cosas que observé durante mi carrera en el fútbol, me fui sintiendo mal y eso es lo que me llevó a tomar las decisiones que tomé, como por ejemplo la de no participar en el Mundial. No es que hubo un hecho determinante. Hay cosas que ya sabía y otras que se fueron sumando, que no estuve de acuerdo nunca, en el país, en el fútbol y que no me hacían sentir bien”.
Jorge Carrascosa nació el 15 de agosto de 1948. Debutó en la primera división de Banfield en 1969, jugó en Rosario Central (1970-1972) y en Huracán (1973 a 1979) completando 392 partidos y 3 goles en Primera División. En 1970 y 1971 integró los seleccionados juveniles y mayor, respectivamente, en 1974 participó en el Mundial de Alemania y desde ese año hasta 1978, en que renunció, fue capitán argentino.
No comments:
Post a Comment