Una lección de fútbol en el Vicente Calderón.
España derrotó a Argentina 2-1 en el amistoso por el Centenario de la RFEF (goles de Xavi Alonso (´15 y ´85 penal) y Messi (´61 penal) con categoría y amplia superioridad demostrando que, esta vez, está para cosas grandes.
Un excepcional dominio de pelota acompañado con suma precisión, velocidad, sincronización y variantes posicionales constantes dejó a Argentina el rol de obrero picapedrero que acumuló tarjetas amarillas.
Las ausencias de Niño Torres y Sebastián Verón parecieron perjudicar mucho más a una Argentina que casi no pudo enhebrar juego colectivo limpio quedando en medio de un relajado TIKI TIKI en todas las zonas del campo en una incostrastable demostración de jerarquía.
Por parte de España, sólo no subestimar rivales ni festejar antes de tiempo. Argentina, cuya figura fue Sergio Romero, tiene mucho que limar, incluso nombres. Maxi Rodríguez (pasmosa lentitud), Fernando Gago (desorden e imprecisión) y Gabriel Heinze (enormes limitaciones) siguen sin encontrar un nivel aceptable.
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