El primer documento donde se hizo pública en la Argentina la existencia de barras bravas...
El primer documento donde se hizo pública en la Argentina la existencia de barras bravas organizadas, con informes sobre su accionar, sus conexiones y su estructura interna, fue el expediente de la causa judicial a cargo del juez de menores Jorge Moras Mom acerca del asesinato del adolescente Héctor Souto por la barra de Huracán.
Fue un crimen particularmente brutal; el barrabrava apodado “Cinco Dedos”, obrero mecánico de 23 años y unos 80 kilos, lo aplastó, presionando rítmicamente con un pie en el pecho y otro en el abdomen mientras los compinches lo alentaban con sus gritos: “Dale, matalo…”.
Héctor Souto tenía 15 años, cursaba el 3º año industrial en el Otto Krause y asistió al Tomás Ducó en la tarde del domingo 9 de abril de 1967 a ver a Racing contra Huracán. Para la hora del comienzo del partido su cadáver yacía en la enfermería del club.
Cuentan que había osado resistirse a un acto de bravuconería de la barrabrava local y lo había pagado con su vida. Carlos Babington, entonces en sexta división y espectador, cuenta que “la hinchada visitante pasaba por abajo de la popular local, una locura, y justo este Souto mostró la remera de Racing”.
Los ánimos estaban caldeados: un rato antes un grupo de la barra de Rácing había robado un paraguas pintado con los colores de Huracán y lo había quemado. Souto quedó cerando la marcha por debajo de la popular local y fue atacado: lo golpearon de todos los ángulos, cayó de bruces, lo dieron vuelta y “Cinco Dedos” llevó a cabo su obra.
Los diarios hablaron de “un muerto y un herido en una avalancha”. El médico de Huracán (el 1º profesional en examinar el cuerpo) estimó que la muerte podía haberse producido por un “síncope cardíaco”.
A medida que la declaración de testigos del crimen cometido ante la vista de miles de personas fue dejando en claro que no había ni avalancha ni síncope cardíaco, empezó la comedia. Huracán condenó el bárbaro crimen y ofreció todo tipo de colaboración moral y material para los familiares de la víctima que nunca llegó.
“No estuve en el partido. Además, soy el interventor de la AFA. Si desean información remitan sus inquietudes al ámbito policial”, dijo Valentín Suárez, interventor de la AFA que suspendió el estadio por 5 fechas.
La Razón publicaba los lamentos dirigenciales de Huracán y Clarín le sugería al club que apelara ante los estrados judiciales la suspensión aplicada para “quitarse el cartel de cómplices de asesinos que le ha colocado” la sanción. Souto, su familia y el accionar dejaban de ser noticia. De todos modos, no le hizo falta a Huracán llegar al reclamo judicial: la A.F.A. le levantó la suspensión.
Para ver extractos del expediente click aquí.
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