20.06.2010 - Calígula - En vez de acatar la orden policial (antidisturbios) de volver a sus puestos de trabajo, los 8000 obreros de la fábrica prefirieron golpear equipos, tirar máquinas y romper todos los vidrios del edificio administrativo de la fábrica.
Los muchachos se enteraron de que un compañero fue atacado por un guardia de seguridad, demandaron una respuesta a los directivos que respondieron con silencio y siguió el caso.
Según los muchachos, días antes del comienzo del Mundial, dos empleados de la planta volvieron al trabajo después de almorzar pero olvidaron llevar sus pases. El guardia los reprendió y no hizo caso a las explicaciones y luego empezó a golpear a uno de ellos. Otro trabajador que pasaba por el lugar, al ver lo que ocurría trató de interceder. Entonces más guardias de seguridad se abalanzaron y comenzaron a golpear a los dos empleados.
Uno de ellos, desangrado por la golpiza, perdió el conocimiento, pero los guardias no llamaron a primeros auxilios y tampoco intentaron resucitarlo: "no hay nada de qué asustarse, él solo está simulando".
Los trabajadores exigieron una explicación y la situación comenzó a oscurecer. Llegaron varios escuadrones de la policía que lograron contenerlos. Pero pasaron dos días, la administración no tomó ninguna medida contra los guardias y el herido murió. Desde entonces…
La fábrica en cuestión es la taiwanesa Simaibo, localizada en el Parque Industrial de Jiujiang condado Xingzi, provincia de Jiangxi y pertenece al más grande fabricante de balones deportivos del mundo, la Corporación Sigerui (Taiwán). Ahí se fabricaron los balones Jabulani ("para celebrar" en zúlu) usados en la Copa Mundial de Fútbol de Sudáfrica.
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