14.06.2010 - Calígula - Aaron Mokoena, capitán de Sudáfrica, juega en el Portsmouth (Inglaterra) desde hace unos meses, transferido desde el Blackburn Rovers (donde debutó en la temporada 2005/06) y lleva jugados más de cien partidos en la Premier League.
Los ingleses lo vieron jugar en el Rácing Genk (Bélgica), club que, a su vez, había comprado su pase al KFC Germinal Beerschot (2001/02).
Pero el aterrizaje de Aaron en los Países Bajos se dio cuando el Ajax (Holanda) lo fichó a sus 19 años venido del Bayer Leverkusen (donde no pudo jugar un solo partido oficial, 1998).
Salía de su país natal, de jugar en el Ajax Cape Town y el Jomo Cosmos y de crecer en el sur de Johannesburgo, donde el 17 de junio de 1992, en una masacre tristemente célebre perpetrada en el asentamiento de Boipatong, más de 40 personas fueron asesinadas con pistolas, navajas, porras y hachas.
Entonces, cuando se había propagado el rumor de que todos los hombres jóvenes del asentamiento serían asesinados, “mi madre tuvo que protegerme como pudiera y decidió vestirme de niña”.
Sobrevivió Aaron Mokoena, volante guerrero que hoy considera las vuvuzelas como “el duodécimo jugador”, símbolo y capitán de la selección sudafricana, donde es récord de juventud (al debutar con 18 años y 87 días) y de presencias por sobre Lucas Radebe y Benni McCarthy.
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