Verán fotos y titulares de Pato a los abrazos, fotos de Raúl y sus sesenta y tantos goles europeos, críticas a Pellegrini… pero la noche fue de Clarence Seedorf, jugador LPND.
16 copas europeas entre los más ganadores de Champions, Kaká, Benzema, Raúl, Pato, Pirlo, Seedorf y Ronaldinho (CR lesionado) ameritaban ver Real Madrid vs. Milan.
Con un palco inundado de corbatas oscuras, entre las que se recortaba la figura de Michel Platini, y un Bernabeu a pleno, los colosos iniciaron el juego según las predicciones de un merengue dominador: terreno y pelota del Madrid ante un abroquelado Milan.
Cuando caía la pregunta de cuántos minutos aguantaría la valla italiana aparece el “guarda” valla Dida (Milan) para sumarse a la galería de bloopers europeos (´19): Granero (RM) le pega al arco, Dida detiene la pelota y, antes de sacar, se le escurre de las manos, le da en el muslo, se le va unos metros adelante y llega, intrépido, Raúl para soplársela adentro.
Transcurrió el lento primer tiempo con un Milan tan cerrado como desconcertado frente a un local que sigue buscando alguna identidad viendo el criterio de Benzema, la inquietud de Raúl, la lenta técnica de Ronaldinho, los malos gestos de Kaká, la calidad de Seedorf, la desprolijidad de Zambrotta, la inmadurez de Pato y un claro penal no cobrado por el belga Frank De Bleeckere (´13 Zambrotta a Benzema). Ah, jugaba Inzaghi.
El segundo tiempo empezó más o menos igual: la inconexión del Milan y la identidad (?) del Real Madrid. Lentitud, previsibilidad y un adormecimiento que no lograba sacudirse ni por las continuas silbatinas a Ronaldinho.
Y como en las películas de Harry Potter donde se superponen escenas y se repite el repentino “de pronto…”, desde unos 40 metros y como venido de otro planeta, Pirlo le pegó al arco y la embocó ante un Casillas tan dormido como el partido (´61).
El Milan se anima y hasta Zambrotta (´64) ensaya al arco (pegale que no sabe). Cuatro minutos después (´65) un pelotazo en profundidad para Pato muestra las peores debilidades merengues: una defensa mal parada suma una impresentable salida de Casillas (quien fuera calificado como mejor del mundo en su puesto) que queda sentado sobre la medialuna observando como Pato le pone el 1-2.
"El Milan, con tantos títulos en sus vitrinas representa la grandeza de esta competición – diría Iker en la previa - Es un gran honor cumplir los 100 encuentros europeos ante ellos."
Drenthe por Granero (´66) fue un tardío y acertado cambio de Pellegrini. No sólo el negro le dio movilidad y criterio sino también el empate. Un córner de papi fútbol: Raúl corta para Drenthe que, desde la esquina del área grande y sin marca, remata para el 2-2.
Estaba para cualquiera. El árbitro De Bleeckere tomó nota y después de dar un inexistente tiro libre en las puertas del área milanesa le anuló un gol perfectamente válido (le cabecean a Casillas en el área chica). Pero el Real Madrid está tan deshilachado que otro pelotazo en profundidad para Pato decretó su sentencia: 2-3.
Verán que cuando se hace la crónica de un partido de 5 goles no queda demasiado espacio para hablar del juego. Pero hacemos un lugar para decir que todo, absolutamente todo el juego de coordinación de Milan pasó por los pies de Seedorf que, haciéndose cargo de las permanentes pifias de Ronaldinho y la estanqueidad de volantes y delanteros, manejó siempre acertadamente los destinos de la pelota aun quitando, habilitando y circulando. De ahí que las fotos y los títulos quizás vayan para Pato y la caída madrileña. Nosotros ponemos los aplausos para Seedorf, quien años atrás ganara la UEFA Champions League con la camiseta merengue.
OFF TOPIC: LA OPINION DE ALEJANDRO DOLINA SOBRE LOS DICHOS DE MARADONA
Con un palco inundado de corbatas oscuras, entre las que se recortaba la figura de Michel Platini, y un Bernabeu a pleno, los colosos iniciaron el juego según las predicciones de un merengue dominador: terreno y pelota del Madrid ante un abroquelado Milan.
Cuando caía la pregunta de cuántos minutos aguantaría la valla italiana aparece el “guarda” valla Dida (Milan) para sumarse a la galería de bloopers europeos (´19): Granero (RM) le pega al arco, Dida detiene la pelota y, antes de sacar, se le escurre de las manos, le da en el muslo, se le va unos metros adelante y llega, intrépido, Raúl para soplársela adentro.
Transcurrió el lento primer tiempo con un Milan tan cerrado como desconcertado frente a un local que sigue buscando alguna identidad viendo el criterio de Benzema, la inquietud de Raúl, la lenta técnica de Ronaldinho, los malos gestos de Kaká, la calidad de Seedorf, la desprolijidad de Zambrotta, la inmadurez de Pato y un claro penal no cobrado por el belga Frank De Bleeckere (´13 Zambrotta a Benzema). Ah, jugaba Inzaghi.
El segundo tiempo empezó más o menos igual: la inconexión del Milan y la identidad (?) del Real Madrid. Lentitud, previsibilidad y un adormecimiento que no lograba sacudirse ni por las continuas silbatinas a Ronaldinho.
Y como en las películas de Harry Potter donde se superponen escenas y se repite el repentino “de pronto…”, desde unos 40 metros y como venido de otro planeta, Pirlo le pegó al arco y la embocó ante un Casillas tan dormido como el partido (´61).
El Milan se anima y hasta Zambrotta (´64) ensaya al arco (pegale que no sabe). Cuatro minutos después (´65) un pelotazo en profundidad para Pato muestra las peores debilidades merengues: una defensa mal parada suma una impresentable salida de Casillas (quien fuera calificado como mejor del mundo en su puesto) que queda sentado sobre la medialuna observando como Pato le pone el 1-2.
"El Milan, con tantos títulos en sus vitrinas representa la grandeza de esta competición – diría Iker en la previa - Es un gran honor cumplir los 100 encuentros europeos ante ellos."
Drenthe por Granero (´66) fue un tardío y acertado cambio de Pellegrini. No sólo el negro le dio movilidad y criterio sino también el empate. Un córner de papi fútbol: Raúl corta para Drenthe que, desde la esquina del área grande y sin marca, remata para el 2-2.
Estaba para cualquiera. El árbitro De Bleeckere tomó nota y después de dar un inexistente tiro libre en las puertas del área milanesa le anuló un gol perfectamente válido (le cabecean a Casillas en el área chica). Pero el Real Madrid está tan deshilachado que otro pelotazo en profundidad para Pato decretó su sentencia: 2-3.
Verán que cuando se hace la crónica de un partido de 5 goles no queda demasiado espacio para hablar del juego. Pero hacemos un lugar para decir que todo, absolutamente todo el juego de coordinación de Milan pasó por los pies de Seedorf que, haciéndose cargo de las permanentes pifias de Ronaldinho y la estanqueidad de volantes y delanteros, manejó siempre acertadamente los destinos de la pelota aun quitando, habilitando y circulando. De ahí que las fotos y los títulos quizás vayan para Pato y la caída madrileña. Nosotros ponemos los aplausos para Seedorf, quien años atrás ganara la UEFA Champions League con la camiseta merengue.
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