El cordobés vive en Mondello y recién se está creyendo la noche siciliana. “Abandonar el país donde uno nació siempre es complicado”, dice como experimentado, pero tiene 20 años y todavía se está despertando del sueño: Europa.
Pudo pasar por el Politeama, respirar el aire de las mil y una noches en San Giovanni, observar las momias de las catacumbas capuchinas, fotografiarse en el palacio normando, en la Piazza Vigliena o pegar el mínimo viaje a Monreale. Sicilia hubo sido hasta entonces un nombre de Playstation.
“Debo adaptarme rápido a que aquí no influye tanto la técnica de los jugadores, sino más el aspecto físico”, repetía Javier haciéndose eco de los vaticinios de Angel Cappa pensando que en Italia lo pondrían a correr como volante por izquierda (4-4-2) y adiós magia.
Lo dirije Walter Zenga, aquel arquero al que era lindo putear. Pero en realidad llegó por expreso pedido, cuando no capricho, del presidente, Maurizio Zamparini.
“Cuando me encontré que Zenga, me dijo que me quedara tranquilo y que nadie esperaba que me convirtiera en un fenómeno del día a la noche”.
Javier está feliz y su familia y amigos de parabienes: “La verdad, en serio, es que pensé más en mi familia que en Huracán”. Y está enterado de este presente del globo en las antípodas de lo que fuera hace apenas unos meses, pero…
“Ya tres meses antes de que terminara el torneo se hablaba… y yo siempre intenté esquivarla porque lo que estaba viviendo en Huracán era espectacular…”
Habían quedado en quedarse. Todos. La cuestión era repetir, demostrar y hacer historia antes que el dinero. Y estuvieron de acuerdo, se peleaba contra la adversidad, “yo era uno de los sueldos más bajos de Huracán”, se reunían voluntades, se gestaba una movida, se construía una historia desigual pero…
“En todos lados se ve así, ¿no? Como que estuvimos hablando al cuete. Pero fue en serio que esa era la idea, y que todos la tuvimos. Al primero que le salió la oportunidad para irse fue a mí, y bueno, me fui, y yo no sé si mis compañeros se habrán sentido un poco… no sé… ´¿Se van a ir todos?´, se habrán preguntado. Yo lo hablé con Mario (Bolatti) y con Mati (Defederico) y me entendieron.”
Cappa, con tres meses de sueldo y aguinaldo adentro, quedaba ridiculizado y hablando de “palabras” e “ilusiones gastadas” pero…
“No, bueno, a Angel no pude decirle que me venía. Me vine, nomás. La verdad, le debo una charla.”
“Él siempre me decía que me quedara para seguir aprendiendo cosas con él, y yo también creía eso, porque en cada entrenamiento descubría algo nuevo”.
Atrás de Pastore se fue Araujo, después Defederico y hasta desmembrar el equipo subcampeón que movilizó a la gente de Parque Patricios como nunca en décadas.
Javier llegó y fue bien recibido en su nuevo club. Zenga tuvo cuidados en el trato y en la adaptación. En el primer amistoso paró un 4-4-2 con Javier en el banco y en el segundo tiempo sacó a un doble 5 para ponerlo de “enganche”. En un segundo amistoso ya Javier ponía un par de asistencias. Y para el inicio de Liga salió de titular para ganarle al Nápoli (2-1).
Pero los resultados no siguieron por la mejor de las sendas, sobretodo de visitantes (0-1 con Fiorentina y Parma). Y ahora, a partir de la 4º fecha, Javier va al banco (para no entrar) y Palermo consigue su primer punto de visitante (Lazio 1-1).
Pecados de juventud, apuesta inobjetable, adaptación, derechos de piso, conjeturas…
Pudo pasar por el Politeama, respirar el aire de las mil y una noches en San Giovanni, observar las momias de las catacumbas capuchinas, fotografiarse en el palacio normando, en la Piazza Vigliena o pegar el mínimo viaje a Monreale. Sicilia hubo sido hasta entonces un nombre de Playstation.
“Debo adaptarme rápido a que aquí no influye tanto la técnica de los jugadores, sino más el aspecto físico”, repetía Javier haciéndose eco de los vaticinios de Angel Cappa pensando que en Italia lo pondrían a correr como volante por izquierda (4-4-2) y adiós magia.
Lo dirije Walter Zenga, aquel arquero al que era lindo putear. Pero en realidad llegó por expreso pedido, cuando no capricho, del presidente, Maurizio Zamparini.
“Cuando me encontré que Zenga, me dijo que me quedara tranquilo y que nadie esperaba que me convirtiera en un fenómeno del día a la noche”.
Javier está feliz y su familia y amigos de parabienes: “La verdad, en serio, es que pensé más en mi familia que en Huracán”. Y está enterado de este presente del globo en las antípodas de lo que fuera hace apenas unos meses, pero…
“Ya tres meses antes de que terminara el torneo se hablaba… y yo siempre intenté esquivarla porque lo que estaba viviendo en Huracán era espectacular…”
Habían quedado en quedarse. Todos. La cuestión era repetir, demostrar y hacer historia antes que el dinero. Y estuvieron de acuerdo, se peleaba contra la adversidad, “yo era uno de los sueldos más bajos de Huracán”, se reunían voluntades, se gestaba una movida, se construía una historia desigual pero…
“En todos lados se ve así, ¿no? Como que estuvimos hablando al cuete. Pero fue en serio que esa era la idea, y que todos la tuvimos. Al primero que le salió la oportunidad para irse fue a mí, y bueno, me fui, y yo no sé si mis compañeros se habrán sentido un poco… no sé… ´¿Se van a ir todos?´, se habrán preguntado. Yo lo hablé con Mario (Bolatti) y con Mati (Defederico) y me entendieron.”
Cappa, con tres meses de sueldo y aguinaldo adentro, quedaba ridiculizado y hablando de “palabras” e “ilusiones gastadas” pero…
“No, bueno, a Angel no pude decirle que me venía. Me vine, nomás. La verdad, le debo una charla.”
“Él siempre me decía que me quedara para seguir aprendiendo cosas con él, y yo también creía eso, porque en cada entrenamiento descubría algo nuevo”.
Atrás de Pastore se fue Araujo, después Defederico y hasta desmembrar el equipo subcampeón que movilizó a la gente de Parque Patricios como nunca en décadas.
Javier llegó y fue bien recibido en su nuevo club. Zenga tuvo cuidados en el trato y en la adaptación. En el primer amistoso paró un 4-4-2 con Javier en el banco y en el segundo tiempo sacó a un doble 5 para ponerlo de “enganche”. En un segundo amistoso ya Javier ponía un par de asistencias. Y para el inicio de Liga salió de titular para ganarle al Nápoli (2-1).
Pero los resultados no siguieron por la mejor de las sendas, sobretodo de visitantes (0-1 con Fiorentina y Parma). Y ahora, a partir de la 4º fecha, Javier va al banco (para no entrar) y Palermo consigue su primer punto de visitante (Lazio 1-1).
Pecados de juventud, apuesta inobjetable, adaptación, derechos de piso, conjeturas…
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