Con vistas a Sudáfrica, la FIFA acaba de firmar un convenio de patrocinio con la empresa china Yingli Green Energy, proveedora de paneles solares, en lo que llaman “hecho histórico” por significar la llegada a la entidad de capitales chinos y de una compañía de energía renovable.
La bulla periodística alcanza al mundo, el presidente de Yingli Solar, Miao Liansheng, y el director de la división de Márketing de FIFA, Thierry Well, sonríen para las fotos y la pionera china anuncia su compromiso de incorporación de paneles fotovoltaicos a 20 sedes deportivas de Sudáfrica. Sin embargo las cifras del contrato se mantienen en reserva.
De esta manera, Yingli Solar, que cotiza en la Bolsa de Nueva York y es el sexto exportador mundial de paneles solares con llegada al mercado europeo y sobretodo al estadounidense, se une a las trasnacionales Budweiser, Castrol, Continental, McDonald's, MTN y Satyam como caras visibles del próximo Mundial.
Si bien el comunismo chino puede ser de índole mixta – casi tan mixto como el salvataje estatal estadounidense a los bancos privados – debiéramos distinguir entre empresas chinas y gobierno chino (?). Un gobierno al que tampoco se le pasa por alto el fútbol: no hace un mes que Nan Yong (presidente de la Asociación China de Fútbol) perdió su cargo por partidos arreglados a mano de Wei Di, ex director de eventos deportivos náuticos del Ministerio de Deportes.
Ante la enorme crisis de 2009 que amenazó con quebrar el sistema financiero global, las miradas apuntan a una China que parece no sentir coletazos.
¿Qué pasa con el fantástico Nido de Pájaros? ¿Dónde están los pájaros?
En estos momentos, el Nido de Pájaros funciona como parque de atracciones de invierno llamado La Temporada Feliz de Hielo y Nieve. En abril se espera un concierto de rock para seguir promocionando la marca China como “líder mundial de la paz en un planeta más sano” y se afirma sobre la posibilidad de construir más adelante un centro comercial allí.
En el año que siguió a las olimpíadas, el Nido acogió un concierto de Jackie Chan, un partido de fútbol italiano, una ópera y una presentación de las normas del canto chino. El equipo de fútbol local rechazó un acuerdo para hacer allí su localía y la recaudación queda en la recepción del público que paga u$s 7 para visitar la tienda de regalos sorteando los vendedores ambulantes que pululan alrededor.
El famoso Cubo de Agua de Pekín dejó de ser un estadio olímpico para transformarse en una sala de conciertos, en escenario de espectáculos (El Lago de los Cisnes en versión rusa fue el último) y luego un parque acuático cubierto.
No es novedad. El estadio olímpico de Atlanta (EE.UU) se convirtió en un estadio de béisbol, el Saddledome de Calgary en centro comunitario y 21 de los 22 estadios construidos en Grecia para las Olimpíadas de 2004 (u$s 14.000 millones) estaban desocupados el año pasado.
El asombro viene de la mano de la crisis y de la visión de una burbuja que no para de crecer. A este enfoque se le opone a la visión de que los Juegos Olímpicos fueron útiles a China desde el punto de vista del marketing, en lo que respecta a la movilización de los ciudadanos dentro del país y al aumento del reconocimiento mundial de la "Marca China".
De hecho, Simon Anholt, un asesor de reputación gubernamental que mide la imagen global de 50 países cada año en el Anholt-GfK Roper Nacion Brands Index, dice que los primeros resultados de su última investigación sugieren que, tras varios años de descenso, el lugar que ocupa China en el índice ha comenzado a mejorar tras la experiencia de sus Juegos Olímpicos.
Esta visión se profundiza bajo la conceptualización de que el exceso de construcción china puede ser calificado como estrategia económica; la construcción crea empleo, hace crecer el PIB y mejora el prestigio.
El márketing se dispara y Yingli Solar es recibida con las puertas abiertas.
Bienvenida China al baile (?)
No comments:
Post a Comment