Todo pasa, la vida continúa, show must go on, el caso Terry despierta versiones amarillas y el caso Capello (quitándole la capitanía del seleccionado inglés) sigue destilando la más sublime hipocresía inglesa que vimos en este artículo.
Un ejemplo se encuentra en Steve Sampson (entrenador de EE.UU.) que, a dos meses de iniciarse el Mundial 98, dejó desafectado al capitán de su equipo, John Harkes, por un roce que tuvo con la esposa de su compañero de equipo, Eric Wynalda.
"Existen muchas similitudes entre lo que nos ocurrió en 1998 y lo que sucede ahora en Inglaterra", dice Wynalda "mala suerte para ellos, porque sé de primera mano cómo puede afectar al equipo. Todos sabemos cómo acabó aquel Mundial" (EEUU finalizó último de su grupo, sin puntos, tras caer ante Alemania, Yugoslavia e Irán).
Viniendo hacia nuestras pampas, ya sabemos que la mujer de Tuzzio le costó algo más que la capitanía a Horacio Ameli.
Pero todo pasa, la vida continúa, show must go on...
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