Mientras Blatter, desde Zurich, reconfirma el veto al fútbol sobre los 2750 metros respecto del mar, Maradona hace su aparición en el estadio Hernando Siles de La Paz (3593 m ) para saludar, de pantalones cortos, al presidente boliviano Evo Morales (también de pantalones cortos) y jugar un partido a beneficio ante 25.000 personas antes de decir, micrófono en mano, que Blatter no puede prohibir el fútbol porque “nunca pateó un penal”. Mientras la hinchada de Rácing, en vísperas del 105 aniversario de la creación del club (25 de marzo), se organiza para hacer una manifestación frente al Congreso de la Nación y terminarla en las oficinas privadas que el ex presidente Kirchner tiene sobre la calle Olga Cossetini de Puerto Madero porque el pingüino y su hijo Máximo abandonaron la costumbre de ir a la cancha cuando asumieron el poder y no se comprometen en la pobre suerte del club ahora mal gerenciado. Mientras el plantel de Vélez asiste al entierro del cuerpo de Emmanuel Alvarez (21), homenajeado hincha del Fortín que fuera muerto al estilo Babel cuando viajaba en micro hacia la cancha de San Lorenzo, mientras son liberados los 183 hinchas detenidos por gresca y disturbios en la Bombonerita con saldo de varios heridos por la disputa de liderazgo en la barra boquense que dejara “descabezada” Rafael Di Zeo, preso en Ezeiza. Mientras el plantel de Gimnasia y Esgrima de Jujuy sigue entrenando para salvarse del descenso después de haber sido asaltados por la propia barrabrava del club.
Cuanta pasión! Que pintoresco! Que sangre caliente! Que desorden! Que poco aburrido! Qué exótico es el tango, que bueno es pasearse por Buenos Aires y tomar unas clases. Pero sólo unas clases, como detentar un hobby de soslayo, no sea que se meta en la sangre, no sea que se enquiste. Sólo un baile de Cambalache.
Y Diego se olvida de los jugadores, la altura y el sol del mediodía que deshidrata jugadores. Y la gente de Rácing se olvida de que el gerenciamiento fue y es una excepción legal histórica reglamentada por el poder político de los 90. Y Kirchner prefiere olvidarse de que en 2006 recibió a parte de la barra en la Casa de Gobierno. Y Ramacciotti minimiza el apriete. Y la recompensa por el wanted que disparó al micro de Emmanuel sube a $ 100.000 mientras Castrilli apaga los teléfonos y no se suspende la fecha porque las cosas “ocurrieron en la vía pública”, y no hay sanciones para San Lorenzo ni para Boca porque “en la vía pública”. Mientras, la BBC nos visita estas pampas para empezar a filmar, caché mediante a la 12, un nuevo documental sobre “los hooligans argentinos”, la Bombonera y el superclásico que empezará el próximo 5 de mayo.
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