7000 hinchas cruzaron el charco durante toda la tarde. Tuvieron que hacer el camino más largo porque los asambleístas de Gualeguaychú mantienen el paso cerrado a Uruguay. Y fueron igual, porque era matar o morir; un resultado negativo – que eran todos menos el triunfo- dejaban a Estudiantes afuera de la Copa Libertadores.
El Centenario estaba pesado. La lluvia no cesó y las piernas lo acusaron. Estudiantes hizo todo el gasto en el primer tiempo que empezó perdiendo desde el minuto 8 (Pedro Irala) y jugó con uno menos (Agustín Alayes) desde el minuto 25. Sin embargo, a puro corazón, con un equipo partido, diezmado, convencido y de cambios obligados lo empató (Verón de penal) y lo terminó ganando (2-1) en el minuto 87 (Enzo Pérez). Y este místico Estudiantes fue conducido por Verón que, a pesar de perder la marca de Irala en el 0-1, se convirtió con el transcurrir en la figura del partido.
Era matar o morir. Y Estudiantes, bajo la lluvia, mató en el Centenario, donde jamás perdió, mató a Danubio que quedó con un pie afuera. La gente de Estudiantes canta bajo la lluvia.
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La consecución de la jornada copera la resumimos con este desafortunado cuadro de Clarín:
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