La fecunda importancia de Alfredo Di Stéfano en nuestro R. Madrid, hace lógicos los sentimientos de hermandad con Argentina. Hermandad y agradecimiento. El don del agradecimiento siempre está presente en el madridismo, al ser la piedra angular que sustenta nuestra historia. Por esto, 'La Saeta Rubia' merece las más solemnes palabras.
Don Alfredo aparte, el nombre de Argentina nos lleva al que para mí ha sido el mediocentro más completo de los últimos 25 años: Fernando Carlos Redondo. Éste, con un físico portentoso que le permitía ser el hombre ancla a la vez que erigirse en el mariscal capaz de mover nuestras blancas ilusiones, aún permanece en el corazón de los madridistas en lo que fue una nueva simbiosis de Argentina con nuestro club.
El gol se divorció pronto de Redondo, en realidad nunca llegaron a casarse, pero su fútbol, su entrega, su manejo de los partidos, la manera en la que sintió nuestra camisola, además de sus arrestos, le hacen tener un lugar de privilegio en nuestras entretelas. Sería injusto no reseñar el taconazo que dejó sin respuesta al noruego Berg en el ya mítico triunfo en 'El Teatro de los Sueños' de Manchester. Aquel día Redondo, con esa delicatessen, se autoproclamó okupa de nuestros sentimientos y ningún madridista se lo podrá reprochar. Tranquilo Fernando Carlos, estás en tu casa.
No comments:
Post a Comment