Tuesday, September 30, 2008

Walter Vargas: entrevista.


Leímos tu libro como volviendo a casa después de ver un partido de fútbol, como degustando una victoria y recordando la performance de cada uno de los nuestros. Y allí indagamos. Los certeros perfiles trazados bajo los concisos apellidos.

El flaco Poletti es recordado “por su noche de furia contra el Milan en la Bombonera” siendo uno de los mejores arqueros argentinos (a tu lista de admiradores hay que agregarle a Alejandro Apo).

A la luz de los tiempos cyber y del videoclip, Diego ¿no va en dirección a ser el “dopado” autor del gol a los ingleses?

-Probablemente la grandeza de Maradona lo ponga a salvo del brutal malentendido. Ma non troppo. Hoy mismo hay más de cuatro que suponen que Diego no es más que un señor morocho, retacón, que juega fútbol de salón y es proclive a cierta incontinencia verbal. Después de todo hay quienes toman como primer dato que Beethoven haya sido sordo.


En el libro no hay un apartado bajo el título de Houseman. Si tuvieras que acercarlo en el tiempo ¿estaría más lejos de Caniggia o de Ortega?

-Encuentro a Houseman bastante superior a Caniggia y a Caniggia bastante superior a Ortega. Los tres, subrayo, extraordinarios. Que no le haya dedicado a René una página en Fútbol Delivery lo atribuyo a una flagrante injusticia. Por el camino del despiste o de la distracción, pero injusticia al fin. Van mis disculpas al prodigioso saltimbanqui que, como bien observó Babington, gambeteaba en el aire.


Uno de los textos que más aplaudimos es “Mascherano”. ¿Por qué luce tanto en la selección actual siendo intérprete de un rol que no luce?

-Mascherano luce tanto por dos razones: 1. Es un número 5 excepcional, está sobrado en recursos y en temperamento; 2. Es uno de los pocos, por no decir el único, a quien la camiseta albiceleste pone en dichoso trance. Hablo de un guerrero.


A la elegancia, Gago le fue sumando despliegue y lucha. Quedó algo menos elegante ¿Adonde apunta el estilo Gago?

-Gago está en una transición y por definición las transiciones son de derivaciones insospechadas. En principio no veo contraindicaciones entre “Pintita” y un doble cinco que además de gambetear y tocar contribuye con el pico y con la pala. Ya lo postulaba Ernesto Guevara: endurecerse sin perder la ternura.


Redondo ¿fue el mejor cinco argentino de los últimos 30 años?

-Ese es el puesto que más dudas me generó a la hora de elegir mi cinco ideal. Pensé en Gallego, pensé en Batista, pensé en Marangoni, pensé en algún otro y pensé, sobre todo, en la Oveja Telch, que briló un poco más lejos, hacia finales de los sesenta y comienzos de los setenta. Pero me quedé con Redondo porque ponderé su trayectoria y los comparé a todos en su mejor versión. Ahí sí que Redondo saca una luz apreciable.


“El Román de la reserva de Boca, un chiquilín esmirriado que amasaba la pelota más de la cuenta pero nadie tenía tiempo de reprochárselo porque sucumbía al gozoso encantamiento”. Bien describís que su carrera pasó por diferentes momentos (buenos como en el Villarreal, malos como en Barcelona o sólidos como en el Boca de Bianchi).

El Román de hoy continúa amasando la pelota más de la cuenta. ¿No será que su derrotero futbolístico dependió menos de una evolución en su juego que de la calidad de los grupos a los que supo adaptarse?

-Dependió y depende de las dos cosas, pero, ahora que ustedes me invitan a pensarlo, en Riquelme encuentro a una especie de minimalista: tiene pocas virtudes y pocos defectos, pero eso sí, todo en un máximo de concentración, todo en un máximo de intensidad, todo en el punto de la máxima pureza. Por eso puede ser tan majestuoso y, a veces, tan decepcionante.


Bien decís que Messi “debe entender la diferencia entre propia confianza y narcisismo”. Cruyff agrega que si repite una y otra vez esas hábiles arremetidas dejan de ser sorpresivas y Diego que es “Deportivo Messi”. Pero si eso, sólo eso, hecho muy bien – por supuesto – le dio los réditos que ya tiene y a los que no piensa renunciar ¿hacia dónde evoluciona Messi (21)?

-¿Quién puede saber hacia dónde evoluciona Messi? De a ratos parece el dueño de las mejores respuestas para las peores preguntas y de a ratos parece un adolescente tardío, ensimismado y obstinado. Lo que me inquieta es la posibilidad de que se enamore de lo que hasta aquí ha conseguido en términos de juego, de dinero y de fama. La vieja disyunción entre la cabeza del ratón y la cola del león, con un añadido sustancial: Messi dispone de la extraordinaria posibilidad de devenir cabeza de león.


A nuestros ojos Beto Márcico fue uno de los mejores delanteros vistos. Quitando la sombra de Maradona ¿por qué no fue el hito que pudo haber sido?

-Misterios del fútbol, misterios de la vida. Tal vez, en plan de pura conjetura, por la suma de haber empezado tarde, de haber brillado en Ferro y en Francia pero sin la bendición de la tevé globalizada, por no haber gozado de la estima de Bilardo, por no haber estado en un Mundial… Y tal vez porque jamás terminó de creerse que jugaba tan endemoniadamente bien.


Palermo ¿se nace o se hace?

-Palermo se nace pero lo que nace crece, persevera y muta. El escultor nada añade a la piedra: su arte está en quitarle. Los goleadores como Palermo son mejores que sí mismos en la medida que disminuyen los efectos colaterales de su impronta. Entonces, se nace… y se hace.


¿Batistuta o Crespo?

-Dos grandes delanteros. Me encantaba el primer Crespo (el de River, no el que triunfó en Italia, el doble de complejos vitamínicos y la mitad de sesera) y respeté soberanamente al Batistuta definitivo. Ninguno terminó de emocionarme y a ninguno evoco con nostalgia, pero en tren de elegir me quedo con Bati.


Si te levantás y lees de tapa deportiva “Bielsa inicia su tercer ciclo al frente de la selección argentina” ¿qué te pasaría?

-Honestamente, sería una excelente noticia, salvo que coincidiera con el momento en el que Bianchi estuviera dispuesto a aceptar o Simeone llegara a su punto de cocción.


Felicitaciones por Fútbol Delivery, un compendio de fútbol, sencillez, precisión y buenísima observación. ¿Cómo se gestó?

-Muchas gracias, son ustedes muy generosos conmigo. Fútbol Delivery se gestó tomando apuntes en un par de cuadernos, almacenando en la cabeza algunas ideas más o menos dispersas y atendiendo la cariñosa invitación de Marcos González Cezer y Adolfo Boccalatte, los mentores y editores de Al Arco. El resto fue sentarme a escribir, por lo regular en las madrugadas, con el deleite del caso y la perturbadora sensación de que los conceptos se me escurrían entre los dedos y las palabras no me alcanzaban. Al fin seguí el consejo que Borges había recibido de Alfonso Reyes: publicar para no tener que pasarse la vida corrigiendo el borrador.


Walter Vargas nació en La Plata en 1958. Es periodista, escritor y psicólogo social. Ha publicado los poemarios Regreso del llanto (La Península, 1988) y Perchas Flojas (La Viñeta, 1991). Su relato La Nueva Soledad fue seleccionado en la antología Diez relatos cinematográficos (Biblos, 1998) y participó con su ensayo Fútbol: opiniones y merodeos, en la compilación deportiva Jugados (Eudeba, 1999), dirigida por Víctor Hugo Morales. Trabajó en Clarín, Página/12 y El Cronista, entre otros medios, además de ser comentarista de Víctor Hugo Morales en las transmisiones deportivas de Radio Continental. Es columnista del diario deportivo Olé, La Gaceta de Tucumán y la agencia de noticias Télam y periodista de boxeo de la señal de cable ESPN. Fundó la revista de psicología Campo Grupal y fue docente en el Círculo de la Prensa y la escuela del Círculo de Periodistas Deportivos. Es coordinador de la Tecnicatura Superior de Periodismo Deportivo del Instituto Superior Lo Grupal, Hoy, de City Bell. Con el cuento Uno menos, participó el libro De Puntín, el primero de Al Arco.

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