Friday, September 5, 2008

Tres fechas para Méndez.

Méndez le tiró una patada semivoladora a Falcao, se fue expulsado y terminó el partido. Como el broche del show, los fuegos artificiales, el estruendo del mejor bis que prolonga el gusto de haberlo presenciado abriendo terreno a la estela de comentarios.

Una catástrofe acaba de suceder. Gentes y familias pierden vidas, bienes y casas. Ya no hay imágenes que grabar ni corridas ni víctimas que reportear. Acabó. Sin embargo el tema (rating) amerita una prolongación de cobertura. El Doctor Saraza Sandunga, especialista en aglomeración inconclusa de escombros y perfiles psicológicos del ladrillo refractario sobre usuarios moderados es reporteado telefónicamente mientras se repiten las más crudas imágenes logradas.

Elizondo, Bochini, Coerezza, Marchi, Rattín, Ramos Delgado, Barrientos, Marzolini y más fueron interpelados sobre el particular Méndez. Porque el nivel del fútbol argentino así lo induce. Ríver y San Lorenzo empataron en cero dando un espectáculo lamentable. Pero ¿viste la patada de Méndez?

“La reacción instintiva del transeúnte, al ver que el asfalto de la ruta se abre en dos en medio de un tembladeral es la huída”, dice el Dr. Sandunga.

“Los jugadores se están olvidando de jugar al fútbol – dice Ramos delgado – antes, los jugadores eran hombres en todos los sentidos de la palabra...”

“Antes se jugaba más fuerte que ahora – dice Sergio Marchi – pero ahora hay cámaras en todos lados...”

“Antes se pensaba más en el compañero – dice Bochini – no dejar al equipo con uno menos... se perdieron los códigos...”

“Antes los jugadores eran más hombres –dice Angel Coerezza – se puteaban y de última se agarraban a piñas y terminaba ahí...”

“Antes – dice Sandunga – las inclemencias del tiempo eran menos pronosticables...”

Para colmo no había fecha el domingo posterior, no hubo previa porque juega la selección por eliminatorias y los medios se llenaron de Méndez (que no es Menem). Y entonces sale que Méndez es citado para su descargo en medio de rumores de alguna sanción cuasiejemplar y susurros de sanción mínima.

Difícil que el fútbol se pase a palabras. Por algo la literatura dedicada al fútbol está donde está. Pero la patada de Méndez, los cuernos de Tuzzio o las salidas de Ortega son esenciales herramientas de la verborrea periodística que, de auto propalarse, incluso en la multiplicación abre, extático, el divagante campo teórico y eufemístico.

Si antes se jugaba más fuerte, si antes había hombres y códigos, si Passarella fue a la casa de Pernía después del partido y hoy las espectaculares riñas sin códigos se producen en público para después declarar que “son cosas del partido, del momento y quedan ahí”, estos jugadores serían más “profesionales”.

Siguiendo la tela eufemística, si el barrendero es un técnico ecológico, el discapacitado una persona con capacidades diferentes, el cuatrero un funcionario del control bovino, el vagabundo un residencialmente flexible, el impotente un ereccionalmente limitado, la gata una mujer horizontalmente accesible, el subdesarrollado un emergente y la calvicie sólo una regresión folicular, el Dr. Sandunga no hablaría de terremoto sino de una corrección geológica y Méndez sería un guapo con huevos y personalidad.

Pero Méndez no fue a la casa de Falcao. Ni siquiera lo lastimó ni lo retó a un encuentro. Méndez le tiró una patada a la espalda tan exagerada como ineficaz – tal cuál muestra su coraje – en el minuto 92 de un partido olvidable, para que todos vean su “bravura” e incluso el árbitro se enterara de que “me saqué las ganas” pero declarando después en el tribunal que no dijo nada de eso y que sólo fue un planchazo a destiempo.

Martin Taylor fue suspendido 3 fechas por la fractura expuesta de Eduardo Da Silva en Inglaterra, donde Mascherano fue multado en 30.000 dólares por protestarle al árbitro.

Hoy el tribunal, basado en el informe que presentara el árbitro Abal, sentenció por tres fechas. "Juego brusco grave por planchazo desde atrás estando el balón a instancias de jugarse". Según el artículo 200, inciso 8, del Reglamento de transgresiones y penas, la sanción para este tipo de entradas, va de 3 a 15 fechas. Nadie sabe bien por qué Abal no informó sobre las declaraciones de Méndez después de la patada. Nadie sabe bien por qué la gente de San Lorenzo sigue enojada con Abal. Nadie sabe bien por qué el tribunal dio una sanción mínima. Acaso, entre otras cuestiones, los jueces hayan tenido en cuenta que Méndez es sólo un pelotudo.

Gracias Dr. Sandunga por su participación.

RELACIONADO: RIVER, SAN LORENZO Y SEBASTIAN MENDEZ (GONZALO BONADEO)

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