Mientras tanto los entrenamientos del plantel continúan en un clima enrarecido desde que la rutina fuera interrumpida por un cocktail tan heterogéneo como oportuno: dos, tres, a lo sumo cuatro personas (“hinchas”), el Mono Navarro Montoya y una cámara de televisión confluyeron en la mañana para dar imágenes multiplicadas al aire en lo que restó de jornada: la poco novedosa y paradójica recriminación en “nombre” de la camiseta y en "nombre” del club por parte de “anónimos”, en el mejor de los casos, “hinchas caracterizados”.
Y sí, lo que piden son “triunfos” bajo el manto de la “actitud”, los “huevos” o la “transpiración”. Triunfos como una pelota de cuero a Papá Noel. Entonces el protagónico menos esperado de Navarro Montoya – 42 – echando, a la luz del sol y las cámaras, al gesticulador personaje de un entrenamiento que no es el suyo sino por propia voluntad y gentileza de la directiva, la misma que encabezada por Comparada, tras estos bloopers, alguna fotografiada bandera reprobatoria y una silbatina que ya cobra cuerpo en los minutos 90, sale estereotipadamente a contramano de la “nueva” corriente a decir, con la voz más calma de los últimos tiempos y sobre sillones, que Borghi continúa al frente del primer equipo.
Independiente está ahí, con 4 partidos y 6 puntos sin haber perdido en el torneo local desde que Borghi se hiciera cargo, contra su voluntad, antes de tiempo. Ahí también está Borghi, a poco de asumir, ante la misma vorágine prefabricada que se comiera a Troglio el año pasado quizá pudiéndose preguntar:
¿Expo Avellaneda forma parte de la provincia de Buenos Aires y de un país llamado Argentina? ¿Independiente juega el apertura Cablevisión o la Premier League? ¿Las pretensiones anónimas se basan sobre alguna multimillonaria plantilla de jugadores? Con las cámaras, la seguridad y los testigos ¿puede identificarse a quienes irrumpen en los entrenamientos? ¿Se les puede preguntar como llegan allí a las diez de la mañana de cualquier día hábil, de qué viven y qué los mueve?
Borghi sólo contesta al periodismo que alimenta y se alimenta de esto: “si el problema soy yo no tengo problemas en irme”.
Bichi este es un año político en Independiente, los códigos quedaron en el olvido y todas las sonrisas tienen doble lectura.
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