Wednesday, July 11, 2007

Don Aparicio hizo aparecer a Messi.



"Ese otoño de 1991 me había tocado armar el equipo de la categoría 86 del club Grandioli. Creía que tenía a los siete jugadores, pero me di cuenta de todavía me faltaba uno. Con seis no podía jugar y el árbitro me empezó a apurar para empezar el partido. No sabía que hacer y con una camiseta y un short en la mano, empecé a mirar hacia la tribunita donde van los familiares de los chicos. Y lo vi a Lionel. Era un año más chico que los otros nenes, una pulguita. Tenía una pelota y estaba dale que te dale contra una pared... Lionel estaba con su mamá y su abuela materna, porque había ido a ver a uno de sus hermanos. Entonces me acerqué y le dije a la Puchi (Celia, la mamá de Lionel): “Necesito que me lo prestes”. “¿Para qué? ¿Para jugar? Pero si casi no sabe, a él le gusta patear en la vereda con los hermanos”, me contestó sorprendida. La vi dudar y le insistí: “Mirá, lo pongo por la derecha, al lado de la puerta, cosa de que si se pone a llorar, estás vos al lado y lo podés sacar”. Es un orgullo haber sido el primero que lo puso en una cancha... A la segunda pelota que tocó, los gambeteó a todos y no lo saqué más."

Cuenta Salvador Ricardo Aparicio, hoy jubilado de 78 años y gran colaborador del club Abanderado Grandioli, en un pueblito sureño de Rosario. En la foto, el hombre mayor, justo detras del mas pequeño de los parados, Lionel Messi.

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