Tuesday, July 10, 2007

Argentina 4 Peru 0

COPA AMERICA 2007 - CUARTOS DE FINAL
ARGENTINA 4 vs PERU 0 - 08.07.07

Ribolzi sale despedido del banco como un resorte, atrás todos los suplentes, grito y puño apretado, el panadero Díaz y Basile también lo festejan, gritos y alguna bocina en Buenos Aires...¿campeones? ¿finalistas? ¿último minuto? No, no... Argentina 1 Perú 0, cuartos de final de la Copa América. ¿Y así festejan? No vamos a descubrir como se vive el fútbol en Argentina, pero digamos que es un festejo algo desigual. Porque no deja de ser el festejo de un logro pero lo que cambia, lo distinto, es el logro en sí. Se festeja la llave del partido.

Para llegar a instancias de semifinales, Argentina sorteó tres rivales (EE.UU. – Colombia – Perú, no contamos Paraguay), modestos rivales que se abroquelan en su terreno menos por conservar que por temer. Es cierto que puede complicarse el asunto al jugar con quien no quiere jugar. Pero, con todo, en estos juegos cerrados de defensa poco solicitada pudimos volver a ver los desacoples entre los centrales (Ayala y el desordenado Milito), las desconcentraciones y limitaciones de Heinze y los bloopers de Abbondanzieri.
Y también, como si fuesen juegos calcados, hemos visto en estos partidos de amplios diferenciales las dificultades de la selección argentina a la hora de plasmar la “superioridad”. Los tiempos de parsimonia, lentitud e ineficacia no son menores de 45 minutos. Es como si Basile plantara un equipo en la cancha y tuviera que discernir, durante el transcurso, cuál de sus hombres es el portador de la llave del cerrojo. Hasta entonces se lo ve al inquieto Messi atropellando gente, a Crespo picando, a Cambiasso verticalizando o a Zanetti corriendo y corriendo: arremetidas, cabronadas, arranques individuales. Porque la mecha creativa no se enciende y luego, el circuito ofensivo no funciona bien. Algún pase inteligente de Cambiasso o Verón, alguna guapeza de Messi no alcanzan.
Se criticaba la verticalidad que Bielsa supo imprimirle al juego argentino. Llegó a decirse que Argentina era ingenua porque no esperaba que los rivales salieran de su guarida. Pues no se diga ahora que Argentina espera. Ya lo dijimos en el partido anterior (Colombia). Digamos que Argentina no sabe entrar y que se diluye en posesiones y atrasos intrascendentes durante más de la mitad del juego que llevan a repetir y repetir circuitos lentos y laterales que no agraden, inquietan ni desordenan a nadie.
Esta vez fue Tévez el poseedor de la llave. Entrado en el minuto 46 desacomodó la defensa peruana y abrió el surco necesario para que marque Riquelme. Entonces sí, con marcador abierto los toques intrascendentes tienen otro color: acompañados por el ole tribunero llevan el color de un falso floreo.



ARGENTINA: Abbondanzieri (1 blooper); Zanetti, Ayala, Milito, Heinze (1 blooper); Verón (Gago), Mascherano (1 gol - foto), Cambiasso, Riquelme (2 goles); Milito (Tévez), Messi (1 gol).

Con este panorama el futuro próximo de la selección argentina no se abre como un acertijo sino como un acertijo acompañado de un Guasón, un Pingüino, un Avispón Verde y un Capitán Frío.
Semifinal: espera México, con la sangre en el ojo desde el Mundial de Alemania, cuando Maxi Rodríguez, milagrosamente, fuera el portador de la llave a cuartos minutos del final.



APOSTILLAS:
1. Desacoples entre centrales: Ayala y Milito (desordenado) aun van a cabecear la misma pelota.
2. Heinze no rinde: pelea, gruñe y deja el alma en cada pelota pero no llega a compensar el peligro de sus desconcentraciones y sus limitaciones técnicas..
3. Abbondanzieri no fue solicitado (Perú no llegó) y en la única jugada que participó hizo el blooper del partido jugando al voley en su propia área.

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