Tiene 38, cumple en octubre, alterna con pibes de 20, todavía moja y decidió retirarse el domingo próximo (21.06.09) cuando Estudiantes reciba a Colón.
Se hizo en el fútbol relámpago de la villa, entre apuestas y cerveza, porque nació ahí, en La Favela, donde “no entraba la policía, estaban todos armados y vendían merca en las fogatas”; casa de chapa y cartón, “ladrillo ni uno”, cuarto dividido por cortinas, brea en los agujeros del techo y baño de agua fría afuera.
Se probó en Estudiantes. Jugó unos años y lo echaron, a los 11, por “petiso”. Se mudó enfrente, a los monoblocks, salió a trabajar y no dejó de jugar. El viejo, tripero y vendedor callejero de frutas, lo llevaba los sábados a ver a Gimnasia pero iba – de querusa – a ver a Estudiantes los domingos.
Probó en Defensores de Cambaceres, “jugando en la quinta de Camba me vieron Rezza y Restelli (DTs de Gimnasia) y me ficharon”. Festejó el viejo hasta que un día le dijeron “no vengas más, Cambaceres es sucursal de Estudiantes y no queremos a nadie que venga de ahí”.
Volvió a laburar. Volvió a Cambaceres, ascendió a la 1ºB (1991) y el Tata Brown lo volvió a llevar a Estudiantes. Descendió (1ºB) en 1994 y volvió (1ºA) en 1995 con el pibe Verón.
Después vinieron Independiente, la selección (5 partidos), la guerra con Bielsa, Nápoli, América, Atlas, Arsenal y, siempre de vuelta, 3 goles en el 7-0, Estudiantes.
Se retira el domingo. Es indeclinable.
Sin embargo lo tientan de Cambaceres y no le disgusta la idea, “uno o dos partidos”.
No hace mucho le preguntaron cuál fue el gol más importante y contestó: “el que está por venir”.
Se hizo en el fútbol relámpago de la villa, entre apuestas y cerveza, porque nació ahí, en La Favela, donde “no entraba la policía, estaban todos armados y vendían merca en las fogatas”; casa de chapa y cartón, “ladrillo ni uno”, cuarto dividido por cortinas, brea en los agujeros del techo y baño de agua fría afuera.
Se probó en Estudiantes. Jugó unos años y lo echaron, a los 11, por “petiso”. Se mudó enfrente, a los monoblocks, salió a trabajar y no dejó de jugar. El viejo, tripero y vendedor callejero de frutas, lo llevaba los sábados a ver a Gimnasia pero iba – de querusa – a ver a Estudiantes los domingos.
Probó en Defensores de Cambaceres, “jugando en la quinta de Camba me vieron Rezza y Restelli (DTs de Gimnasia) y me ficharon”. Festejó el viejo hasta que un día le dijeron “no vengas más, Cambaceres es sucursal de Estudiantes y no queremos a nadie que venga de ahí”.
Volvió a laburar. Volvió a Cambaceres, ascendió a la 1ºB (1991) y el Tata Brown lo volvió a llevar a Estudiantes. Descendió (1ºB) en 1994 y volvió (1ºA) en 1995 con el pibe Verón.
Después vinieron Independiente, la selección (5 partidos), la guerra con Bielsa, Nápoli, América, Atlas, Arsenal y, siempre de vuelta, 3 goles en el 7-0, Estudiantes.
Se retira el domingo. Es indeclinable.
Sin embargo lo tientan de Cambaceres y no le disgusta la idea, “uno o dos partidos”.
No hace mucho le preguntaron cuál fue el gol más importante y contestó: “el que está por venir”.
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