Wednesday, June 3, 2009

Luguercio: bajo la lupa.

Si de fenómenos inexplicables hablamos nuestra voz no puede sino teñirse de celeste y blanco. Más allá de las banderas "una pasión inexplicable" que suelen pender de las gradas del Cilindro de Avellaneda, Rácing genera pasiones que ni los protagonistas pueden explicarse. Es el caso de Pablo Luguercio que, aun después de largos meses con camiseta académica, se sigue sorprendiendo por la devoción que le profesa la gente de Rácing. Se reconoce el juego del "payaso" en el esfuerzo, la entrega y la lucha (los huevos) pero también en el 9º delantero argentino menos efectivo en actividad (14.88%). El hombre de la lupa, Pedro Molina, analizó su juego en la 15º fecha del presente torneo, cuando Colón y Rácing empataban 0-0.

PRIMER TIEMPO
El Payaso Lugüercio, nuestro hombre en cuestión, tuvo contacto con la pelota 23 veces. Su juego estuvo mucho por el sector izquierdo de ataque aunque también se cruzó para otras jugadas y chocó con Marcelo Goux. En estos primeros 45 minutos, luchó e intervino 7 veces con Ferrero, la misma cantidad con Goux y tres menos con Ariel Garcé. Dos veces tocó la pelota detrás de la mitad de cancha, una por medio de una contra, otra donde le cometió infracción a Rivarola. Dentro del área estuvo la misma cantidad de veces, en verdad una y media porque una de las jugadas fue un salto a cabecear en el vértice del área que perdió con Ferrero.

SEGUNDO TIEMPO
La performance de Lugüercio no mejoró, porque tan sólo fueron diez minutos de juego, ya que Caruso Lombardi lo cambió por Gabriel Mercado. En esos diez minutos tuvo una buena pared con Ramírez sin llegar a definir, le hizo una falta a Garcé y sacó del medio de la cancha.

CONCLUSIÓN

Llamarlo delantero ya es mucho. A veces pivoteó, pero no pateó nunca al arco, dentro del área tocó la pelota tres veces, su juego se basó por las puntas, dado a un esquema muy conservador con el que no puede mostrar su mejor expresión. No jugó bien, pero porque no hay nada peor para un delantero que sentirse sólo, y seguramente Pablo lo sintió o por lo menos tuvo todas las circunstancias para sentirlo. Lamentablemente no tuve la suerte de contar sus pases para atrás pero a simple ojo les aseguro que más de la mitad fueron de esa forma. Ni mediapunta ni nueve, Racing jugó sin delanteros.

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