Pocos saben que muchos de los jugadores que defienden las camisetas del fútbol local actual, sí, los que quedan acá, están de vuelta de fallidas pruebas por el mundo. El mismo Pastore, estrella del torneo, está vuelto con las manos vacías de Saint-Etienne y Villarreal. Hablamos de pibes de 16 a 20 años, protagonistas de nuestro empobrecido torneo que, contactos mediante, no dejan de viajar y probar suerte.
Un caso mas es el de Lucas Ayala que, de las inferiores de Rácing, llegó a jugar para la selección mexicana de Eriksson.
Un caso mas es el de Lucas Ayala que, de las inferiores de Rácing, llegó a jugar para la selección mexicana de Eriksson.
[Sebastián Fernandez Castaño]
Nació en Buenos Aires el 11 de agosto de 1978, hizo las inferiores en Rácing hasta que un representante le ofreció la posibilidad de ir a probarse a México. Allá por 1995 y con sólo 17 años, Lucas no dudó y partió rumbo al país de Cantinflas, el Chavo y Hugo Sánchez, donde hoy, 14 años después, es uno de los jugadores más codiciados de la liga, incluso con una participación en la Selección mexicana.
Claro que el desembarco y el tránsito en el fútbol azteca no fue fácil. Durante buena parte de su carrera, este volante central de buen manejo luchó en la Primera División A del ascenso mexicano, donde jugó varios años antes de dar el salto a la Primera División Nacional. Su primer equipo en tierra tricolor fue Coyotes de Saltillo. Luego pasó por Tigres de Juárez, Correcaminos, Tigrillos, Jaguares de Tapachula y Zacatepec, hasta que en 2004, ya con 26 años, se naturalizó mexicano y se incorporó al Veracruz, que tenía cubierto el cupo de cinco extranjeros.
Antes, en Tigrillos, Ayala había sido dirigido por su suegro, el también argentino Osvaldo Batocletti, ex defensor de Racing, Lanús y Unión, quien terminó su carrera en Tigres de San Nicolás de Garza, a mediados de los 80. En una cena en la casa del entrenador, Ayala conoció a la hija de Batocletti, Gabriela, con quien se casó y tuvo dos hijos, Lucas Nahuel, de tres años, y Gabriel Hernán, nacido en noviembre pasado.
Con una familia formada, la vida se le hizo mucho más fácil a Ayala, que suele venir de vacaciones a Argentina pero que está muy cómodo y muy feliz en tierra mexicana, donde piensa seguir su carrera. Luego de jugar tres años en el Veracruz (2004-2007), pasó a Tigres de Nueva León y la última temporada jugó a préstamo en el Atlas de Guadalajara, donde tuvo una destacada actuación que le valió la convocatoria de Sven Goran Eriksson a la Selección tricolor para jugar un amistoso ante Suecia en enero de este año. Luego, el entrenador sueco debió irse debido a los malos resultados y Ayala perdió terreno en el conjunto nacional que hoy dirige Javier Aguirre y que lucha por un lugar en el Mundial de Sudáfrica.
Tras su paso por Atlas, Ayala volvió a Tigres que, al ver su buen rendimiento en Guadalajara, no dudó en reincorporarlo.
“Siempre uno está dispuesto a quedarse en un lugar donde lo han tratado bien, el tiempo que estuve acá pasaron cosas muy lindas, entonces voy a trabajar para poder estar en los planes de Daniel (Guzmán, el nuevo técnico que conoce de su paso por Veracruz)”.
Luego de 14 años en el fútbol mexicano, Ayala totaliza 284 partidos jugados (1 en selección mexicana y 5 por Copa Libertadores de 1999 para Monterrey) y 16 goles, 2 muy especiales: el que le marcó a Morelia en la última fecha del Clausura 2005 y le permitió a Veracruz empatar el partido y evitar el descenso y el que le marcó a Pumas por la 7º fecha del último torneo Clausura, una volea al ángulo desde más de 30 metros.
Próximo a cumplir 31 años en poco menos de dos meses, Ayala se encuentra en un buen momento futbolístico y busca dar el salto de calidad que tal vez le falta a su carrera. Su objetivo es claro: volver a la Selección y jugar el Mundial el año que viene. “Quiero estar nuevamente con la Selección, que fue algo muy lindo, es un orgullo y la única forma de estar es trabajando”, asegura Lucas, un argentino más que se gana la vida jugando al fútbol lejos de su tierra.
Claro que el desembarco y el tránsito en el fútbol azteca no fue fácil. Durante buena parte de su carrera, este volante central de buen manejo luchó en la Primera División A del ascenso mexicano, donde jugó varios años antes de dar el salto a la Primera División Nacional. Su primer equipo en tierra tricolor fue Coyotes de Saltillo. Luego pasó por Tigres de Juárez, Correcaminos, Tigrillos, Jaguares de Tapachula y Zacatepec, hasta que en 2004, ya con 26 años, se naturalizó mexicano y se incorporó al Veracruz, que tenía cubierto el cupo de cinco extranjeros.
Antes, en Tigrillos, Ayala había sido dirigido por su suegro, el también argentino Osvaldo Batocletti, ex defensor de Racing, Lanús y Unión, quien terminó su carrera en Tigres de San Nicolás de Garza, a mediados de los 80. En una cena en la casa del entrenador, Ayala conoció a la hija de Batocletti, Gabriela, con quien se casó y tuvo dos hijos, Lucas Nahuel, de tres años, y Gabriel Hernán, nacido en noviembre pasado.
Con una familia formada, la vida se le hizo mucho más fácil a Ayala, que suele venir de vacaciones a Argentina pero que está muy cómodo y muy feliz en tierra mexicana, donde piensa seguir su carrera. Luego de jugar tres años en el Veracruz (2004-2007), pasó a Tigres de Nueva León y la última temporada jugó a préstamo en el Atlas de Guadalajara, donde tuvo una destacada actuación que le valió la convocatoria de Sven Goran Eriksson a la Selección tricolor para jugar un amistoso ante Suecia en enero de este año. Luego, el entrenador sueco debió irse debido a los malos resultados y Ayala perdió terreno en el conjunto nacional que hoy dirige Javier Aguirre y que lucha por un lugar en el Mundial de Sudáfrica.
Tras su paso por Atlas, Ayala volvió a Tigres que, al ver su buen rendimiento en Guadalajara, no dudó en reincorporarlo.
“Siempre uno está dispuesto a quedarse en un lugar donde lo han tratado bien, el tiempo que estuve acá pasaron cosas muy lindas, entonces voy a trabajar para poder estar en los planes de Daniel (Guzmán, el nuevo técnico que conoce de su paso por Veracruz)”.
Luego de 14 años en el fútbol mexicano, Ayala totaliza 284 partidos jugados (1 en selección mexicana y 5 por Copa Libertadores de 1999 para Monterrey) y 16 goles, 2 muy especiales: el que le marcó a Morelia en la última fecha del Clausura 2005 y le permitió a Veracruz empatar el partido y evitar el descenso y el que le marcó a Pumas por la 7º fecha del último torneo Clausura, una volea al ángulo desde más de 30 metros.
Próximo a cumplir 31 años en poco menos de dos meses, Ayala se encuentra en un buen momento futbolístico y busca dar el salto de calidad que tal vez le falta a su carrera. Su objetivo es claro: volver a la Selección y jugar el Mundial el año que viene. “Quiero estar nuevamente con la Selección, que fue algo muy lindo, es un orgullo y la única forma de estar es trabajando”, asegura Lucas, un argentino más que se gana la vida jugando al fútbol lejos de su tierra.
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