Thursday, June 11, 2009

Diego...

De los errores se aprende pero también se sufre. Y de la profundidad o la dilatación del sufrimiento devienen conclusiones y, a veces, decisiones. Así, quizá, lo hubo determinado Marcelo Bielsa para cruzar la cordillera.

De los errores se aprende pero también se sufre.

Maradona erró la planificación de La Paz (1-6) y, parcialmente, corrigió. Erró poniendo a Gago de 8 (o el mercado erró en cotizar u$s 27 millones a un volante que no puede correrse 3 metros) y corrigió. Erró en jugar con tres puntas y, por lesión o no, corrigió y salió con dos.
Maradona acertó con Otamendi. Acertó con poner a Tévez y Messi entre los centrales ecuatorianos. Acertó con Andujar. Acertó con Zanetti en el segundo tiempo. Acertó con crear un grupo y con su comunicación.

Maradona improvisa. Como improvisaba de jugador. Maradona va al frente, como cuando jugador. Maradona contagia, como cuando jugador. Maradona jugador aplastaba rivales y dificultades con sus piernas, su corazón y su voluntad. Maradona entrenador afronta dificultades con su cabeza, su corazón y su voluntarismo.

Maradona no hay camino, se hace camino al andar. Tu camino mental de jugador a DT puede ser demasiado largo y mientras tanto la selección define una clasificación mundialista.
Y elegiste transitarlo tomando un equipo deshecho en un país de jueces camuflados en taxis y periodistas de bar con micrófono. Y sufrimos.

Podemos inferir que la elección de Diego al frente de la selección fue un error. Porque pensar con el corazón no suele llevar a buenos puertos. La inexperiencia, el caudal intelectual, la personalidad y los vaivenes de una vida de cine pueden concluir incluso, en que la misma elección de Diego es errónea (decidió bajar al llano por el solo hecho de no tolerar el silencio y que le quiten la pelota).

Podemos opinar – ya que en el mundo de la opinión todo es válido – que la elección de Basile fue un error. Porque las diferencias generacionales y el paso del tiempo no perdonan.

Podemos decir que Basile erró en la inclusión imprescindible de Riquelme conformando un equipo en su derredor que nunca funcionó y terminó en implosión y renuncia.

Podemos pensar que la elección de Pekerman fue un error. Por inexperiencia, personalidad y hasta capacidad.

Podemos decir que, desde entonces, la selección argentina no tiene identidad, no sabe a qué juega y depende de individualidades. Pero también podemos decir que, desde entonces, nunca se vio un grupo así unido y comprometido.

De los errores se aprende pero también se sufre.

Los manejos y decisiones discrecionales del encargado de la AFA no dejan de dañar. Y tanto daña que hasta garantiza su salida sólo según su voluntad.

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