La vida le sonríe a Ismael Blanco. Tras un difícil comienzo en el fútbol argentino, el entrerriano disfruta de un estado de plenitud que lo tiene como uno de los máximos referentes de la Liga de Grecia, donde brilla y no para de meter goles para el AEK Atenas, equipo que comparte con los argentinos Sebastián Saja, Agustín Pelletieri e Ignacio Scocco.
Llegó a Grecia a mediados de 2007 y hoy es una de las figuras del país, donde las veredas son estrechas o directamente no existen, tanto que caminar por las calles se puede tornar un tanto complicado. En la tierra de los campeones de la Euro 2004, Ismael encontró su lugar en el mundo, luego de comenzar su carrera futbolística con algunas dificultades. El día de su debut, Colón cayó derrotado ante Independiente por un lapidario 7 a 1. Aquella noche del 7 de septiembre de 2002, el equipo de Avellaneda, que luego sería campeón, brilló en la Doble Visera de la mano de Andrés Silvera y el Rolfi Montenegro. Menos de un año después, Zungui, como lo apodaban en Colón, sufrió la rotura de los ligamentos cruzados de su rodilla derecha y vio postergado su crecimiento como futbolista. Tras recuperarse de la lesión, pasó a préstamo a Libertad de Paraguay, donde tuvo un fugaz paso sin pena ni gloria. De regreso a Colón, volvió a ser cedido, esta vez a Olimpo de Bahía Blanca para disputar la temporada 2005/06, en la que convirtió apenas cinco goles para un Olimpo que descendió tras caer ante Belgrano en la Promoción.
Tras un nuevo mal trago debía decidir si seguía en Olimpo o volvía a Colón, donde iba a tener pocas chances de jugar ya que debía competir con jugadores como Esteban Fuertes, Claudio Enría, José Sand, Darío Gandín y Rubén Ramírez. Tras analizar detenidamente sus posibilidades, apostó por mostrarse en la B Nacional con Olimpo e intentar el retorno a Primera.
Para la temporada 2006/07, Leonardo Madelón diseñó un equipo con Blanco como delantero bien de punta y Silvio Carrario un poco más tirado atrás. Con ese esquema, Olimpo fue bicampeón, ascendió otra vez a Primera y Blanco salió goleador tanto del Apertura (18 goles) como del Clausura (11), con un total de 29 tantos, lo que le valió el pase al AEK Atenas en u$s 1.500.000.
En su primer año en Grecia se despachó con la inestimable cifra de 22 goles, siendo el goleador de su equipo y de la Liga. El AEK, cuyo plantel era integrado en aquel entonces por el brasileño Rivaldo, terminó segundo con 68 puntos, a dos del campeón Olympiakos. Ese gran rendimiento, más la compañía de su señora y de su hija, y el apoyo de Rodolfo Arruabarrena, por entonces compañero suyo, facilitaron la adaptación de Blanco a un mundo totalmente diferente, lejos del asado, el mate, las facturas y el dulce de leche, cuatro de las cosas que Blanco más extraña de su tierra.
A fuerza de goles y sus festejos con una máscara, Blanco dejó de ser sólo Blanco, se convirtió en El Zorro Blanco y tiene una página web no oficial, en la que se pueden ver sus goles en el AEK.
Su estilo potente, veloz y aguerrido encajó perfecto en el fútbol helénico que según Blanco “es similar a la B Nacional de Argentina, muy físico, con defensores muy fuertes”.
Tras una primera temporada inmejorable, redobló la apuesta y en la que acaba de finalizar se despachó con un total de 25 goles, entre Liga, Copa y Copa UEFA: en Liga fue goleador junto a otro argentino, Luciano Galletti, con 14; en la Liguilla clasificatoria para la Champions League, convirtió 5 goles más, pero a pesar de ello su equipo se quedó afuera de la máxima competencia continental de clubes; por la UEFA, marcó apenas un tanto y el AEK quedó afuera en la fase previa a manos del Omonia de Chipre, mientras que por la Copa de Grecia, señaló 5, dos de ellos en la dramática final ante el Olympiakos, que terminó 4 a 4 y se definió en una infartante serie de penales que favoreció al Olympiakos por 15 a 14.
En dos años en el AEK, Blanco lleva convertidos 47 goles, siendo el jugador del fútbol griego con más tantos en este período. Con 26 años, el Zorro todavía tiene mucho camino por recorrer. En un fútbol en el que se destacan las presencias de otros argentinos como Galletti, Sebastián Leto, Fernando Belluschi, Saja y Adrián Bastía, sólo por nombrar algunos, Blanco es una de las figuras más destacadas de una liga cada vez más competitiva.
Llegó a Grecia a mediados de 2007 y hoy es una de las figuras del país, donde las veredas son estrechas o directamente no existen, tanto que caminar por las calles se puede tornar un tanto complicado. En la tierra de los campeones de la Euro 2004, Ismael encontró su lugar en el mundo, luego de comenzar su carrera futbolística con algunas dificultades. El día de su debut, Colón cayó derrotado ante Independiente por un lapidario 7 a 1. Aquella noche del 7 de septiembre de 2002, el equipo de Avellaneda, que luego sería campeón, brilló en la Doble Visera de la mano de Andrés Silvera y el Rolfi Montenegro. Menos de un año después, Zungui, como lo apodaban en Colón, sufrió la rotura de los ligamentos cruzados de su rodilla derecha y vio postergado su crecimiento como futbolista. Tras recuperarse de la lesión, pasó a préstamo a Libertad de Paraguay, donde tuvo un fugaz paso sin pena ni gloria. De regreso a Colón, volvió a ser cedido, esta vez a Olimpo de Bahía Blanca para disputar la temporada 2005/06, en la que convirtió apenas cinco goles para un Olimpo que descendió tras caer ante Belgrano en la Promoción.
Tras un nuevo mal trago debía decidir si seguía en Olimpo o volvía a Colón, donde iba a tener pocas chances de jugar ya que debía competir con jugadores como Esteban Fuertes, Claudio Enría, José Sand, Darío Gandín y Rubén Ramírez. Tras analizar detenidamente sus posibilidades, apostó por mostrarse en la B Nacional con Olimpo e intentar el retorno a Primera.
Para la temporada 2006/07, Leonardo Madelón diseñó un equipo con Blanco como delantero bien de punta y Silvio Carrario un poco más tirado atrás. Con ese esquema, Olimpo fue bicampeón, ascendió otra vez a Primera y Blanco salió goleador tanto del Apertura (18 goles) como del Clausura (11), con un total de 29 tantos, lo que le valió el pase al AEK Atenas en u$s 1.500.000.
En su primer año en Grecia se despachó con la inestimable cifra de 22 goles, siendo el goleador de su equipo y de la Liga. El AEK, cuyo plantel era integrado en aquel entonces por el brasileño Rivaldo, terminó segundo con 68 puntos, a dos del campeón Olympiakos. Ese gran rendimiento, más la compañía de su señora y de su hija, y el apoyo de Rodolfo Arruabarrena, por entonces compañero suyo, facilitaron la adaptación de Blanco a un mundo totalmente diferente, lejos del asado, el mate, las facturas y el dulce de leche, cuatro de las cosas que Blanco más extraña de su tierra.
A fuerza de goles y sus festejos con una máscara, Blanco dejó de ser sólo Blanco, se convirtió en El Zorro Blanco y tiene una página web no oficial, en la que se pueden ver sus goles en el AEK.
Su estilo potente, veloz y aguerrido encajó perfecto en el fútbol helénico que según Blanco “es similar a la B Nacional de Argentina, muy físico, con defensores muy fuertes”.
Tras una primera temporada inmejorable, redobló la apuesta y en la que acaba de finalizar se despachó con un total de 25 goles, entre Liga, Copa y Copa UEFA: en Liga fue goleador junto a otro argentino, Luciano Galletti, con 14; en la Liguilla clasificatoria para la Champions League, convirtió 5 goles más, pero a pesar de ello su equipo se quedó afuera de la máxima competencia continental de clubes; por la UEFA, marcó apenas un tanto y el AEK quedó afuera en la fase previa a manos del Omonia de Chipre, mientras que por la Copa de Grecia, señaló 5, dos de ellos en la dramática final ante el Olympiakos, que terminó 4 a 4 y se definió en una infartante serie de penales que favoreció al Olympiakos por 15 a 14.
En dos años en el AEK, Blanco lleva convertidos 47 goles, siendo el jugador del fútbol griego con más tantos en este período. Con 26 años, el Zorro todavía tiene mucho camino por recorrer. En un fútbol en el que se destacan las presencias de otros argentinos como Galletti, Sebastián Leto, Fernando Belluschi, Saja y Adrián Bastía, sólo por nombrar algunos, Blanco es una de las figuras más destacadas de una liga cada vez más competitiva.
ISMAEL BLANCO SUPERLEAGUE TOP SCORER 2007-08
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