Quilmes. Sábado a la noche. Unos 15º cercanos a la costa invitan al sweater. 3000 personas en el estadio y un primer tiempo gris parecen bajar la temperatura. Hasta que a filo de silbato (´39) Narvay, desde 30 metros, pone el 1-0. ¡Mirá el pibe!, debut y gol, zapatazo!. Empezando el segundo tiempo (´49) Fassi cabecea el 2-0 y levanta la espuma de la cerveza que vamos a tomar en el bar.Quilmes festeja.
Pero hay más: enseguida (´62), el 10 de ellos (Independiente Rivadavia Mendoza) se hace expulsar; viene a aparecer en el partido para pegarle una patada desde atrás a Diego García.
El árbitro (Daniel Raffa) lo expulsa directamente. La gente del mendocino no se sorprende. El 10 tiene tantas expulsiones como goles en el torneo (4, de los que 3 fueron de penal). No pasaron tres fechas de la última roja; un codazo a Basualdo lo dejó afuera contra Chacarita y desde entonces los gritos se conjugan con los rumores en Mendoza: ¡volvete hdp! ¡andate por donde viniste!
“No está rindiendo a su nivel – dice Aldo Bolado (DT) sobre el 10 - eso lo pone mal y pierde los estribos.”
Justamente: ido el 10 a los vestuarios, Independiente Rivadavia Mendoza va por la heroica. Con uno menos y de visitante sale a buscar: Carignano cabecea solo en el área (´70) para descontar y un rato después Tonelotto (´86) conecta un córner para empatar el partido.
Para entonces el 10, Ariel Ortega, ya hubo salido de las duchas.
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