Huracán, Independiente y Ríver – en sus momentos - eludieron la compra definitiva de su pase. Olympique (Marsella), Zaragoza, Osasuna y Saturn (Rusia) desistieron de sus préstamos.
Y el tránsito futbolístico de Montenegro va en paralelo como un correlato de su derrotero contractual. Picos arriba y picos abajo, cosecha de aplausos y silbidos, convocatorias y suplencias, pases y devoluciones, y no es casual lo de este Independiente:
“No entendemos por qué este es un equipo tan ciclotímico…”
Jugador hábil, rápido (juega de primera y en velocidad como pocos, Owen?), que necesita y alimenta laderos de juego, ni punta ni enganche y de una temeraria pegada.
En los picos bajos, cuando por arte de magia pasa de anodino a desaparecido, se transforma, según cierto público, en Montehielo: “Son etiquetas. Todos tenemos momentos buenos y malos…” Y en los picos altos, como el último domingo, define un partido de esta manera.
Con todo, Daniel Montenegro sabe y es un jugador que siempre, siempre, quisiera para mi equipo.
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