Tuesday, June 24, 2008

Ser de Rácing.

¿Qué es ser de Rácing?


Llegué a este puerto de incertidumbre en el momento en que me senté a escribir para Fútbol Total. La noticia de Rácing dirimiendo su permanencia en promoción no puede pasarse por alto. Incluso, devenido el receso por eliminatorias, el hecho arrojó sombras sobre el ansiado título riverplatense que, para quienes se suben al altar de la novedad quedó desgajado entre festejos y cortes de ruta.

No hace mucho nuestro amigo Garrincha nos dejó unas líneas que podrían arrimar la buena voluntad de entender el caso Rácing: ser de Rácing. Garrincha, sabiendo que no entraba en terreno fácilmente aprehensible empezó así: “Para explicar lo que una persona siente, en caso de ser dócil con la palabra, se hace más sencillo que te comprendan los que te rodean. Sin embargo, pese a esta facilidad siempre es complicado hacer llegar a los demás el apasionamiento, el dolor y las incomprensibles sensaciones que un corazón llega a experimentar cuando algo que siente como suyo sufre sin poder hacer otra cosa que apoyarle. Así es como me siento con la Academia.”

“Cuatro grados de temperatura en Buenos Aires y alrededores. Al pie del Cilindro de Avellaneda toma forma una larga hilera de carpas que empieza en las boleterías y nunca se sabe bien donde termina. El miércoles por la tarde llega el primero de los hinchas; a medianoche, fernet en mano, encabeza una muchedumbre que supera los 500. Preparados para dormir de a ratos y llegar parados a las once de la mañana siguiente se guardan, pero no duermen. El asfalto y el viento helado los amucha. Un rumor de que abren las puertas a las cuatro de la mañana moviliza el acampe. Rumores… no hay seguridad. Las boleterías abren dos horas antes, a las nueve. Llega la infantería pero la falta de vallas hace que el primer adelantado sea devorado por la multitud. Entre empujones, llantos y avalanchas, en poco más de dos horas, vuelan las 2000 populares y las 200 plateas disponibles. Está la entrada. Viene la peregrinación a Santa Fe, pasando Zárate, San Pedro y Rosario; unos 500 kilómetros por las rutas que las corporaciones agropecuarias argentinas mantienen cortadas hace 90 días, con la escasez de combustible que ello implica y con un frío que anuncia tiempo inestable. Ya estamos en Santa Fe, en el Cementerio de los Elefantes (estadio de Colón). La peregrinación de la santa fe pinta de coraje a la muchedumbre racinguista. ¡Qué me van a hablar de sufrimiento! ¡Qué me van a hablar de pasión! Y la acadeee, y la acadeee…” (extracto de “Racing Club a promoción de descenso")


“Rácing Club Asociación Civil ha dejado de existir” en 1999, según frase célebre de la síndico Liliana Ripoll. Nadie encontraba respuestas. No había preguntas más que apuntando al pasado. La incredulidad y el asombro colmó los medios. Sólo gruesos y repetidos “errores” pudieron esfumar algo tan grande. ¿Qué hacer? El Rácing del General Perón, el primer campeón mundial argentino, la Academia, la mitad de Avellaneda, un grande del fútbol.

Alguien pudo sospechar que existe legislación para los sentimientos. Sin más, desde la baja Edad Media tratan de castigar legalmente el adulterio. Algunos otros pudieron satisfacerse en la idea de que la presión conjunta de un estadio lleno de voces logró la resurrección.

El 25 de julio de 2000 se sanciona, sólo y para Rácing, la ley de Fidecomiso. Augusto Alasino, Chacho Alvarez, Graciela Fernández Meijide y Carlos Ruckauf impulsaron el hecho inédito. No es conveniente una turba tan numerosa como quejosa que no tenga donde encauzar su descarga y nunca es oportuno destruir un mercado tan potencialmente rentable.

Hubo varias opciones. La ley establece que los clubes con quiebras decretadas pueden funcionar con un “fideicomiso de administración con control judicial durante tres años, renovavble hasta el máximo de nueve”. Sin embargo los empresarios, cuyas caras visibles fueron Fernando Marín y Fernando De Tomasso, picaron en punta y tomaron la administración del fútbol de Rácing bajo el nombre de Blanquiceleste S.A., formalmente constituida cuatro días antes de sancionada la ley de Fideicomiso.

La televisión muestra las imágenes del final. Colón 1 Rácing 0. Mohamed consuela a los pibes de Rácing mientras sus dirigidos bailan abrazados. La popular vacía y un chico en llantos acompañado por un policía casi como queriendo apagar la luz del Cementerio de este elefante llamado Rácing.

Pero este amor es desgarrador – continúa Garrincha - uno no acierta a poder expresar el cómo ni el por qué de este sentimiento en el pecho, porque siento que tengo tatuado en el mismo el glorioso escudo del equipo albiceleste, porque a veces siento que necesito llorar por la impotencia que me invade al ver como la envidiable hinchada que colma el Cilindro hincha con todo y los chicos, pese a que ponen todo lo que tienen por el equipo, no son capaces de sacar adelante la situación.


Ser de Rácing: una pasión inexplicable. Salvar a Rácing: una obligación política, una gran oportunidad económica. Es allí, en el nexo entre “ser de” y “salvar a”, donde se pierde el hilo de Ariadna. Allí, la cara de la moneda que brilla por las tardes con el Cilindro repleto, gira tornasolada para oscurecerse y llegar a una ceca que no asoma de bambalinas.

Rácing tiene salvación. Por su puesto que la tiene. Más allá de la mediática contienda deportiva frente a Belgrano de Córdoba y de que su promedio es el más bajo de la primera división, Rácing tiene salvación.

Las teorías conspirativas que nunca se ausentan inducen a oír sobre comentarios de un paquete accionario devaluado, un gerenciador sin margen, una nueva televisación del Nacional B y un resurgimiento a toda pasión.

Rácing debe la última cuota de la quiebra y tiene con qué pagarla. Romero, Cabral, Mariano González, Maxi Moralez, Lisandro López y Diego Milito lo garantizarían.

Allí atrás, mientras el estadio ruge, Sava salta y frasquito Moralez empuja, atrás, en la ceca de la moneda circulan voces: Otro Fernando (Hidalgo, Mr. Locarno del grupo HAZ), Miguel Pires, Sergio Taselli y Jorge Brito (dueño de Banco Macro y acreedor de Rácing) por un lado. Andrés Galera (devenido de Julio De Vido) por otro. Ambos grupos con una pata kirchnerista están en la puerta. Quizás ellos sepan por qué a Rácing lo viste Nike (como a Boca) y quién lo continuará vistiendo.

Continúa Garrincha: Y es que esa hinchada es el mayor activo de Racing, lo que de verdad los convierte en campeones cada partido que juegan, y lo que debe arrastrar a los jugadores a sentirse como titanes, pues un pueblo, un sentimiento arraigado en lo más profundo del alma de cada académico esparcido por el mundo, los acompaña en esos 90 minutos que disputan cada fin de semana a vida o muerte…”

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