La evocación del Mundial 78 suele traer imágenes por demás recurrentes y comentadas. Videla, Passarella con la copa, la final con Holanda, el palo de Rensenbrick, Kempes, la goleada a Perú, los papelitos, Clemente, el gauchito, 25 millones de argentinos y tantas otras. Sin embargo la inevitable síntesis que la memoria elige deja algunos lugares vacíos. Así como Diego es mucho más que el gol a los ingleses y Argentina mucho más que un campeonato, el Mundial 78 es mucho más que una decena de imágenes que el tiempo tornó iconográficas.En la sección “Mundiales 78” desarrollamos algunos tópicos mal conocidos que si bien lo incluyen, trascienden el medio futbolístico. Hoy, a 30 años, trataremos de rememorar y ampliar, con la ventaja que nos da la perspectiva, los hechos que menos se recuerdan acercándonos a lo que en definitiva no dejó de ser una inolvidable y objetada gesta futbolística.
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