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Véase como a partir de la fecha 10 (mediados de abril) el rendimiento de los equipos abiertos a dos frentes (Ríver, Boca y San Lorenzo) decae (se horizontaliza) a partir de descubrir que la primera fase de la Copa Libertadores no se presenta sencilla según las previsiones. San Lorenzo (línea naranja) obligado a milagros en la altura, Boca (línea azul) que nunca abandonó la calculadora para entrar a octavos de final por diferencia de gol y Ríver (línea roja), con sus presiones internas poniendo todo su potencial, decaen en la curva positiva.
Independiente (línea amarilla), dedicado sólo al torneo Clausura, encuentra una racha de la mano de Miguel Angel Santoro que, perceptiblemente, se atenúa con la llegada de Claudio Borghi a la dirección técnica del primer equipo a partir de la fecha 14.
Un notorio quiebre en la curva de San Lorenzo de Almagro (naranja) a partir de la fecha 11, cuando pierde con suplentes ante Argentinos Júniors y Marcelo Tinelli objeta públicamente a Ramón Díaz y sus hijos.
Ríver (línea roja) retoma una marcada senda positiva a partir de la caída en el superclásico y la histórica eliminación de la Copa Libertadores (fechas 14-15).
Rácing denota un progreso en su rendimiento a partir de la llegada de Chocho Llop al cargo de entrenador (fecha 9).
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