Wednesday, August 8, 2007

Prostitutas quejosas.




Hoy nos trae al caso el nombre de Gonzalo Bozzoni Ruiz, un chico de 17 años, segundo marcador central, por el que pelean y levantan voces en un club de fútbol. No es el primero ni será el último y acaso ni llegue a triunfar, o sí (esto es lo de menor importancia en lo que vamos a referir). El club es Vélez Sársfield de Argentina y las voces se levantan contra el Atlético Madrid de España. El muchacho está en Madrid y de allí pidieron el transfer a Argentina: transfer que fue negado bajo protesta en virtud de la prohibición de pases internacionales de menores; transfer que fue solicitado en virtud del viejo derecho de la patria potestad.
Vélez Sársfield ya perdió una batalla pocos meses atrás: Gernám Pacheco, de 15 años, fue fichado por el mismo Atlético Madrid, después de que su padre Oscar Pacheco (Director Técnico en el fútbol amateur de Vélez) renunciara a su cargo para irse a España a trabajar de carnicero. “Este caso de Bozzoni Ruiz es con el mismo club que se llevó a Pacheco; nos parece demasiada casualidad… Presumimos que hay un empresario detrás de todo esto” dijo el abogado Fernando Raffaini, directivo de Vélez.
De sus palabras desprendemos el siguiente texto considerando que en esta operación ( y en todas las de este tipo) encontramos 3 roles bien distinguidos: el protagonista (Gonzalo Bozzoni Ruiz respondiendo a la dirección de su familia), el club formativo (Vélez Sársfield) y el personaje encargado de la operación. De este último no vamos a hablar aquí pues ya es tan denostado como impune. Referimos a los otros dos: el club formativo y el protagonista.

1. LOS CLUBES DENUNCIANTES.
Las prostitutas siempre existieron y son más antiguas que las leyes. A partir del siglo V, en lo que hoy es España, comenzaron a escribirse las leyes. El Código de Eurico, del año 475, fue el primigenio núcleo formativo de posteriores cuerpos legales visigodos y, por medio del Liber Iudiciorum – un siglo después - influyó en todo el Derecho español de la Edad Media. Redactado en latín, es fruto de una cuádruple influencia: la del Derecho romano, el helenístico, el canónico arriano y la del consuetudinario germánico.
Gracias a estas leyes que desde entonces se acumulan y (algunas) se conservan podemos saber, historiadores mediante, sobre la prostitución o los placeres carnales y tan pecaminosos de la vida desde entonces. ¿Cómo? Debido a la inmensa cantidad de edictos, normas y leyes escritas (conservadas) que la censuran y la prohíben una y otra y otra vez.
Así, del mismo modo, levantan las voces los clubes formativos, sin pensar en el futuro del jugador, ni en su entorno familiar, ni en su destino, ni en las leyes protectoras: sólo y solamente cuando se ven impedidos de recibir dinero a cambio del pase (pase que, a manera de financiamiento, en la Argentina actual se hace efectivo mucho antes de que el jugador emigre). Entonces se cae en la cuenta y se esgrimen los argumentos humanos, éticos y legislativos.


2. LAS “VICTIMAS”.
Alguien dijo que a “las palabras se las lleva el viento” y entonces empezó a escribir y a firmar. Pero la voluntad no conoce de garabatos irrepetibles ni de papeles.
Un caso:
Hace unos años, Manuel Wackenheim tomó la decisión de escribir una carta al Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Manuel, ciudadano francés que tiene la particularidad de su altura breve, se desempeñaba como objeto en el lanzamiento de enanos en las discotecas francesas.
Imaginamos que no debe ser fácil la vida de un enano lanzado por las noches. Pero días aciagos vivió Manuel entonces como para llegar a la decisión de escribir y dirigirse al Tribunal. ¿Qué le pasó a Manuel? Pues… había ocurrido que el Consejo de Estado del gobierno francés había fallado considerando el lanzamiento de enanos como degradante a la condición humana y decretó la prohibición de su práctica. Días aciagos los de Manuel… que a través de su abogado dejó oír: “Prohibirle su trabajo es una restricción a la libertad”.
Nada más que agregar. Si la familia del menor tiene la voluntad de apostar el crecimiento del hijo no hay ley que pueda entrometerse y si hubiera ley alguna tendría su atajo.


En una visión no tan trasnochada de estas triangulaciones podría verse que:
1. La FIFA escribió estas leyes de regulación del tráfico de menores a la manera del Código de Eurico, porque todo cuerpo legal exige la palabra escrita que se presenta en casos de reclamo.
2. Los clubes formativos tampoco tienen en cuenta estas leyes hasta tanto reciban el dinero que creen suficiente por la operación.
3. Los protagonistas, como Manuel Wackenheim o Gonzalo Bozzoni Ruiz, también desoyen la ley en virtud de sus derechos a trabajar y proyectar sus futuros.

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