De los tiempos en que TyC crecía de pequeña productora a dueña (o accionista), de los días dulces de América TV, El Gráfico, Ambito Financiero, la obtención de boleterías, estática de los estadios, derechos de partidos de selección y copas sudamericanas y negocios con Rupert Murdoch...
De los tiempos en que Fernando Miele (presidente de San Lorenzo en 1995) aullaba "¡Ustedes están locos! ¿Cómo no los dejan entrar? ¿No se dan cuenta que este estadio es de ellos? No es nuestro. ¡Es de ellos! (técnicos de TyC)”…
De los tiempos en que José María Aguilar se oponía a la “impensable” orden de Castrilli “si Boca y River quieren jugar de noche por la Libertadores (2004) deben hacerlo sin público visitante” pero reculaba ante el llamado de la gerencia de Clarín: "para nosotros sería muy importante que los partidos se jueguen de noche. ¿Vos tenés algún inconveniente?”…
Después de meses de estudios y especulaciones la dirigencia de los clubes de Primera División se puso de acuerdo (pese a diferencias, enojos y diferentes propuestas) para distribuir el dinero de la televisación del fútbol devenido de la rescisión del contrato con TSC y el nuevo proyecto “Fútbol para todos”.
La lectura de la distorsión general en el anterior contrato (TSC) generó una moderada corrección en la también distorsionada distribución club por club (River y Boca, triplicaban ingresos que ahora, sumando un 21%, sólo duplican respecto de los 14 equipos más chicos de la divisional).
El Comité Ejecutivo aprobó en votación unánime la distribución del dinero proveniente de los derechos televisivos que le corresponde a la primera división. En total $ 415 millones se repartirán así: Boca y River $ 30.680.000 cada uno. En un segundo escalón, San Lorenzo, Racing, Vélez e Independiente percibirán $ 23.100.000. Y en una tercera franja los restantes 14 equipos -incluidos los recién ascendidos-, con $ 16.867.000.
Las nuevas y “más socialistas” categorías de ingresos implican un ajuste respecto al modelo que venía en vigencia: se achica la brecha entre los equipos “grandes” y el resto (de $ 18,7 a $ 13,8 millones) y los nuevos ascendidos triplican ingresos (de $ 6,5 a $ 16,8 millones). En este sentido, la nueva distribución puede verse como una socialización de los ingresos, ya que los que más ganan (Boca y River) apenas aumentaron un 21% (antes ganaban 25,2 millones de pesos; ahora, 30,68 millones).
El reparto del dinero era la última batalla que restaba para normalizar las economías de los clubes luego de la rescisión del contrato con la empresa TSC.
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