Después de un año negro de las Águilas amarillas, Emilio Azcárraga Jean (dueño del club) decidió lo que supuso un viraje no menos rotundo de timón: la contratación del “técnico ganador”, Ramón “Pelado” Díaz, entrenador que por tercera vez consecutiva no logró clasificar al equipo a la liguilla mexicana (5 ganados, 6 empates, 6 derrotas).
La confianza se acostó en el currículum de Ramón; incluso Michel Bauer (presidente) “no hablaría de sanción a los jugadores – decía por setiembre – tenemos que ver cuáles son los errores por los que hemos ido dejando puntos en el camino…”
A pesar de la resistencia mostrada por la afición (incluso se vieron los reproches al técnico en cámara) el cambio se dio en el plantel: u$s 20 millones fueron invertidos en la contratación de 8 refuerzos [Jean Beausejour (Chile), Fernando Ortiz (Argentina), Andrés ChitivaRobert De Pinho (Brasil), Angel Reyna, Edgar Castillo, Pavel Pardo y Juan Carlos Valenzuela ] en busca de la clasificación a la Libertadores primero y el torneo local después. (Colombia),
Pero continuó la colección de fracasos: la noche del 9 de enero de 2009 fue el broche de Ramón. América definía la clasificación a la Libertadores con el Atlas (obligado a golear para entrar). Ramón guardó refuerzos, puso un equipo mixto en cancha, empezó ganando 1 a 0 y el Atlas hizo los 4 goles que necesitaba para eliminarlo (1-4).
Cuatro fechas del torneo local fueron el plazo de ultimátum: 3-2 a Santos, 2-2 con Toluca, 0-1 con Morelia y con Pachuca 1-3, abucheo incluido.
De 63 puntos posibles en un torneo y 4 fechas (Clausura 09) obtuvo 25 (39%) y en estos momentos están acabando las cuentas de la rescisión del módico contrato firmado (3 años por u$s 3 millones por temporada).
Después de agradecer al club, al periodismo y al público, Ramón dijo sentirse en deuda pero tranquilo por su labor: “se perfectamente que dependemos de los resultados”.
Ramón, un entrenador menos de conceptos que de impactos, transita el camino donde la suerte parece remota.
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