09.11.2010 - Calígula - Si algo dejó claro Claudio Borghi en este corto tiempo boquense es que no le gustan los telegramas de despido antes de las fechas pactadas. Asumió en el club como todo DT esperanzado de pegar resultados que lo dejaran trabajar a su modo, pero el filtro no funcionó.
Con su personalidad logró construir un perfil humilde y amable que le permite continuar al frente del equipo por insistencia interna. Pero los tiempos se diluyen, ya se comieron su clásica forma relajada y se están comiendo los últimos ladrillos de su fachada permisiva. Entonces, siempre en lenguaje moderado y posicionado en su innegociable lugar de autodeterminación, sale a decir su verdad: no se puede trabajar desde la cornisa.
"No tengo idea de si voy a ser el técnico ante River… Una semana es una eternidad en el fútbol: pueden pasar muchas cosas. Ángel no habrá querido irse de River y no tuvo otra alternativa. Tampoco quiero olvidarme de lo que ocurrió con Bielsa; de un día para el otro, se cayó su gran proyecto."
"Yo no tengo el consenso general en Boca. Nadie se mantiene en el cargo sin ganar. Un entrenador debe hacerse cargo del pasado, del presente y del futuro del club..."
"Para considerarme íntegramente el técnico de Boca, me falta sentirme más cómodo y con más confianza. Tengo que reunirme con mi cuerpo técnico y hablar para tomar una decisión”.
Borghi lleva 13 partidos dirigiendo a Boca (5G 2E 6P).
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