Monday, September 27, 2010

La mesura de Russo, la desmesura de Cappa y el pobre Caruso.

27.09.2010 - Calígula - Bien o mal, como si el cacheo de entrada también confiscara filtros, el ámbito del fútbol es el paraíso del libre discurso. “Delorte pasate a nafta hdp”, “Palermo sos feo de cuerpo”, “Campodónico volvé a la cárcel lcdth”, “tápenlo con diario”, “lesiónate hdp”, “andá a hacerte los rayos lpqtp” o “apretá círculo pelotudo” pueden componer un mosaico mínimo del absoluto libre albedrío discursivo.

Entiéndase ámbito del fútbol espacialmente como estadio, cancha, campo de juego y entorno inmediato y temporalmente en los 90 minutos de juego con su previa y post.

Porque después llegan las (obligadas) conferencias de prensa donde los entrenadores comparecen ante los reporteros haciendo un relato pretérito del partido que acaba de terminar  (a la vista de todos) bajo las lentes de su propia necesidad (tal es el exámen).

En esta materia (que se hace grave a partir de la multiplicación de medios), como en otras, se encuentran entrenadores especialistas, amigos del micrófono, esquivos, lacónicos, avezados y torpes (tal es el exámen). En breves instantes, el entrenador debe cambiar el chip de las puteadas, los escupitajos y las botellas por el chip de la opinión pública (frente a cámaras, micrófonos y escritorios).

Entonces la mesura de Miguel Ángel Russo dicta que "Nos costó, pero el punto siempre sirve. Habíamos perdido cuatro partidos seguidos y de esto se sale sumando…" contestando al clamor racinguista (que aun sigue en los foros) de “andate” o "salí a ganar lpqtp" y que "el equipo supo leer bien el partido, y se luchó porque es la manera que tiene de jugar el rival" queirendo decir que con Tigre y un árbitro permisivo no se puede jugar.

“El uso y abuso de la superioridad física fue criticado por periodistas y público, y los referees, llevados por la corriente, cambiaron las modalidades reglamentarias, castigando fouls con excesivo celo, hasta transformar el juego vigoroso en otro más sutil, rápido y elegante. Esta es la diferencia primordial que existe hoy entre nuestro fútbol y el europeo”, escribió Chantecler hace más de cincuenta años en un artículo titulado “La viveza criolla, característica principal de nuestro fútbol” (El Gráfico).
Actualizando el asunto, pongamos a Rácing como equipo sutil y elegante (?), a Tigre como ríspido y malintencionado y a Beligoy en los años 30.

Así encontramos este equipo de Caruso Lombardi que, a falta de diez minutos para el final del partido (0-0) sigue haciendo aparecer silbatos invisibles que suenan en el ataque del rival y acumula jugadores de talla (no menos de 1.80) que le pegan a todo lo que se mueve mientras gesticula en queja ante cada fallo arbitral de revés.

Por otro lado encontramos a (la desmesura de) Ángel Cappa, de conocido y límpido discurso, a quién el filtro (chaveta) se le pierde en continuado: "Pompei tuvo un arbitraje horroroso y por el bien del fútbol no debería dirigir más, al menos hasta que esté bien físicamente”.

Beligoy (Tigre-Rácing) y Pompei (Ríver-Quilmes) no tuvieron buenas noches. Pero que Rácing intente ganar de visitante con Luguercio como única punta y que Ríver de local no sepa cerrale un partido a Quilmes es harina de otro costal.

Así, ya conociendo el clamor racinguista y  las trapizondas de  "ventajita" Caruso, Russo podría empezar a decidir salir del placard.

Así, (des)conociendo el paradero de Brazenas, quizás don Ángel debiera ducharse con los jugadores antes de salir a conferencia de prensa. Porque la “calentura” deja de ser momentánea si se mantiene en el tiempo. Y de paso, conociendo los verborrágicos rituales de cancha, las cámaras y los micrófonos, podrían retroceder y no inmiscuirse en sitios de códigos no televisables donde los arqueros “sin manos” también tienen atajadas brillantes.
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