Tuesday, August 10, 2010

Francisco Grahl


10.08.2010 - Calígula - Callejeros, Lola, cumbia, Jesse James, Ruta 3, Isidro Casanova, Conurbano Bonaerense, donde es muy peligroso caminar con una camiseta que no sea de Almirante Brown: el mundo de Francisco Grahl.

Saltó otra vez al tapete a partir de las inscripciones cablegráficas luego del cierre de libro de pases para el Apertura 2010. Ahora es Boca la mosca que merodea Casanova y no deja dormir al pibe: “Si hay que poner alguna diferencia, que no me den lo que me corresponde a mí; hago todo por irme, porque quiero progresar y es una oportunidad única en mi vida… Hay que esperar, nada más… no pude dormir, porque con mi familia estamos pendientes” del pase a Boca… “trato de pensar que me vaya bien a mí, porque ya tengo una nena, tengo familia, y quiero progresar”.

Francisco es categoría 91 (19 años) y despegó en 2008 (a los 17) cuando fue citado por Walter Perazzo a la selección Sub 17 para convertirse en sparring de la mayor. Entonces, el mundo amateur de la AFA celebró su 22º fiesta de fin de año, donde se distinguió a los campeones, goleadores y mejores jugadores de cada club. Con edad de 5º división, Francisco salió elegido Mejor Jugador de Almirante Brown 2008.

Ahí, cuando Francisco contaba (sólo) con 15 minutos de juego en Primera (frente a Atlanta), llegó Eduardo Rossetto (también representante de Lavezzi) para hacerse cargo de su carrera profesional.

Apenas tres meses después, la primera noticia que trajo Rossetto fue escalofriante: una prueba de diez días en el Niza (Olympique Gymnaste Club de Nice) acompañada de una presunta oferta de € 170.000 por el 80% del pase.

“Toda mi vida esperé por una oportunidad como esta… Para mí, que nunca salí de Casanova, esto es algo único. Ahora todo depende de mí. Tengo diez días para romperla… Si Dios me ayuda y quedo allá, tengo que agarrar un diccionario de francés para aprender el idioma y adaptarme lo más rápido posible”.

Mientras tramitaba el pasaporte, Francisco se despedía del barrio: “Nadie, nunca, me va a sacar la sensación de haber estado en el banco de suplentes con tantas ganas de entrar”, y a la vez, convivía con el recuerdo de la negativa experiencia de su hermano (la posibilidad de probarse en España desde el Deportivo Español).

Era el otoño de 2009. Sin escalas del Gran Buenos Aires a Francia, Francisco conoció la inigualable primavera de Niza, chateó, habló por teléfono, se sacó fotos y entrenó.


No fue tan fácil. La primera semana no fue la mejor: fue todo trabajo reducido, nada de fútbol. Fue en la semana siguiente cuando le tocó participar de la única práctica de fútbol pautada.

Hizo los 2 goles de su equipo: inició la jugada con un cambio de frente, fué a buscar la descarga y convirtió el primero; eludió a 4 rivales más el arquero y definió el segundo. Gente del Génova italiano que miraba la práctica hizo algunas preguntas...

Pasado el vértigo europeo, Francisco volvió a Jesse James, a Ruta 3. Le tocaba vivir el ascenso de Almirante Brown al Nacional B, mechando en Primera con edad de séptima división.

Terminando el otoño de 2010, empezó el torneo de Inferiores. Grahl metió el único gol de Almirante en la goleada que le propinó San Lorenzo (4-1), cuyos dirigentes se quedaron conversando para enterarse de que los ojos de Lanús ya estaban posados sobre el pibe.


Por estas horas, después de acumular (sólo) 6 partidos en Primera, se está decidiendo su pase a Boca. Llegó al club a probarse unos días con la Reserva (nada menos que el último campeón) y dadas las condiciones se está negociando un préstamo con cargo (u$s 40.000) por un año con una opción de u$s 70.000 por el 80% del pase.

Mientras Panchito Grahl, que es zurdo y usa la 10, sigue sin dormir dándole a Callejeros...
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