02.07.2010 - Calígula - 8º DE FINAL - PARTIDO Nº 57 - Con goles de Wesley Sneijder (´53) y (´67, la rosa Felipe Melo), Holanda se impuso a Brasil (2-1) (Robinho, ´10) en el Nelson Mandela Bay de Puerto Elizabeth y clasifica a semifinales eliminando al candidato más firme para ganar la Copa del Mundo.
Se hizo una noticia: Brasil salió eliminado en cuartos de final. Este equipo de Dunga que se había quedado con la Copa América, la Copa Confederaciones, que llegaba en sólida y marcha e incluso se estaba comiendo a una tibia Holanda, quedó afuera.
Podemos decir que la Naranja tardó en asimilar el partido. También podemos decir, como siempre decimos, que el fútbol es un estado de ánimo.
A los diez minutos de juego, Robinho, picando en ¾ por una ancha avenida central al área holandesa, le marca un pase a Felipe Melo, toma la pelota y, sin más, la mete en el arco.
Holanda no había llegado al Nelson Mandela Bay cuando Brasil ya ganaba 1-0 (uno de los dos centrales entre los que se coló Robinho era Robben -?-, el único que atinó, al menos, a correrlo).
Durante todo el primer tiempo Brasil mandaba y manifestaba su superioridad en todas las líneas. Pero también se vio que la solidez de este Brasil radicaba menos en las ráfagas de toques triangulares que en su incansable juego sin pelota: la áspera y asfixiante presión en todo sector.
Holanda no entendía el partido, no podía conjugar y sólo padecía a un Brasil “invencible” y despierto, que pudo haber aumentado diferencias.
El segundo tiempo empezó igual. El ánimo de Brasil y el desconcierto holandés produciendo un partido unánime. El arrollador fútbol sudamericano sobre el tibio juego europeo.
Pero en el minuto 53, Holanda que - con todo - sacaba su amor propio, trataba de adelantarse en el campo. Sneijder se metió profundo por su banda derecha y tiró un centro para condenar a Felipe Melo & Julio César como el combo mortal brasileño (´53): Julio César no gritó, Melo saltó a cabecear y la peinó hacia el arco antes de que llegara el puño del arquero (1-1).
Dos errores insólitos movieron ambas redes. Pero el ánimo templó a los europeos y desquició a los sudamericanos. Brasil no está acostumbrado a pelear los partidos y Holanda empezó a hacer pie en el partido (´55).
Así, copió la presión todo terreno que antes padeció y ahogó a un Brasil desconcertado y ansioso. Robben le tomó el tiempo a su marcador (Bastos), Sneijder (el que mejor lee los partidos) se multiplicó, Kuyt se puso el overol y la Naranja fue al frente.
En el minuto 67, cae un córner al área brasileña. Kuyt la peina en el primer palo, Sneijder le da un frentazo y, como dos cabezazos en el área son gol, Holanda se puso 2-1.
Las permanentes y airadas protestas brasileñas a cada fallo arbitral iban subiendo de tono. La caliente sangre latina hervía y la frialdad europea se templaba. La marca holandesa en todos los sectores no cesaba. Brasil iba sin sonrisa, cintura ni pensamiento hacia una cerrada defensa holandesa que disparaba contraataques. Felipe Melo pisa al “perturbador” Robben y se va expulsado (´72). Holanda perdonó (en 3 claras oportunidades) y Brasil, con 10, fue hasta el último minuto. Pero las cartas estaban echadas hacía un rato porque, en definitva, el fútbol es un estado de ánimo.
HOLANDA: Stekelenburg; Van der Wiel, Heitinga, André Ooijer, Van Bronckhorst; Kuyt, Van Bommel, Sneijder, De Jong; Robben y Van Persie (85′ Huntelaar).
BRASIL: Julio Cesar; Maicon, Lucio, Juan, Bastos (62′ Gilberto); Gilberto Silva; Dani Alves, Kaka, Melo; Robinho y Luis Fabiano (77′ Nilmar).
Goles: 8′ Robinho (BRA), 53′ Felipe Melo e/c (HOL), 68′ Sneijder (HOL)
Amonestados: Bastos (BRA), Heitinga (HOL), Van der Wiel (HOL), De Jong (HOL), Ooijer (HOL)
Expulsado: 74′ Felipe Melo (BRA)
Arbitro: Yuichi Nishimura (Japón). Estadio: Nelson Mandela Bay (Puerto Elizabeth).
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