20.07.2010 - Calígula - El término Haka define cualquier danza tribal maorí, pero por deformación refiere de forma específica a la danza de guerra tribal maorí que, no obstante, se suele utilizar como danza de bienvenida y es signo de hospitalidad.
Las formas convencionales de la danza europea eran desconocidas para los maoríes, que desarrollaron entonces una cantidad de actividades rítmicas mejor descriptas como danzas posturales. En su expresión más enérgica, estas danzas tomaron la forma de un vigoroso ejercicio, bailado con notable vigor y entusiasmo. Por otro lado, algunas danzas posturales, como las ejecutadas por jóvenes mujeres muy bien entrenadas, estaban marcadas por la gracia de la acción y el canto apropiado.
Según la leyenda maorí, la danza postural tuvo su origen en la llegada de Hine-raumati, la Doncella Estival, cuya presencia en los días cálidos y tranquilos se revelaba a través de una curiosa agitación en el aire. Se trataba del Haka de Tane-rore, quien había nacido de la Doncella Estival y proclamaba que su padre era Ra, el sol. Otra versión interpreta al fenómeno como la Danza de la Doncella Estival, y la personifica en Pare-arohi, quien aparece en el quinto mes, y que se acopló con Rehua, representante del calor del verano.
El haka se baila sin armas, en contraste con las danzas de guerra (“tutu ngaruhu”, o “peruperu”), que se bailan con lanzas, garrotes u otras armas en la mano. El haka, que expresa una gran variedad de emociones, como la alegría, la ira, la pena, exige una habilidad rítmica excepcional. Muchos se caracterizan por una curiosa vibración, rápida, de las manos; otros movimientos incluyen una distorsión facial (ojos desorbitados, lengua saliente), balanceo del cuerpo, movimientos de brazos. Cada haka tiene su líder, que fija el tempo de la música y los movimientos de la danza. Por lo general, el haka se escenificaba antes de una batalla.
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