Wednesday, August 26, 2009

Pok-ta-pok

Los historiadores coinciden en señalar que el origen del fútbol está relacionado con rituales de fertilidad. Así el balón simboliza al sol, y el campo de juego a los sembrados, por donde hay que hacer cruzar al sol para garantizar una buena cosecha. Pero para eso, el sol debe salir…

El Pok-ta-pok (Tlachli en náhuatl y taladzi en zapoteca) fue practicado por los mayas desde hace unos 3500 años hasta que fuera prohibido por Torquemada en busca de quitarle competitividad a su dios. Su nombre es la pura onomatopeya del sonido de la bola contra el antebrazo (pok), la pared (ta) y vuelta al antebrazo (pok).

Frío crepúsculo en Chichén Itzá. Una danza de sombras de fuego y antorchas sobre el enjarre acompaña el ritual de la danza de plumas al compás de flautas, tambores y timbaletas. Los espectadores colman, sentados, lo alto de la muralla. Entran los dos equipos. Los jugadores, que vienen de la larga noche de penitencia (ch´ ab tan), se disponen en fila, frente a frente, a lo largo de las banquetas: algodón, piel, caretas de mimbre y casco.
Empieza el juego ritual, antesala del sacrificio y la decapitación que asegura la fertilidad de la tierra, símbolo de vida, muerte, reencarnación y del acontecer cósmico, la lucha entre Tezcatlipoca (la noche) y Quetzalcóatl (el día) para conocer el designio de los dioses (ordalía) y que el sol triunfe sobre las tinieblas para volver a asomar.




La pelota (sol) en constante movimiento sobre el campo (sembrados) sin salirse de los muros laterales y golpeada por codos, cuadriles (clavijero), rodillas, asentaderas, cadera,s hombros, brazos o espaldas (todo menos pies, manos y cabeza) pesa hasta 3 kilos (de hule) y debe, finalmente, pasar por el aro adosado al muro.

Fray Diego Durán, que vivió en la Nueva España entre 1545 y 1588 describió los campos de juego en su Códice Aubin: “La altura de las paredes eran entre dos y tres metros y medio de alto, extendiéndose alrededor. Por las costumbres nativas, plantaban palmas y árboles que soltaban semilla roja, cual madera era suave y ligera, las paredes del rededor eran decoradas con murales o estatuas de piedra. La cancha se llenaba la arena cuando jugaban los reyes”.

Se descubrieron, hasta ahora, unas 1500 canchas de pok-ta-pok, concentradas, sobretodo, en Yucatán, Chiapas, Veracruz y Chichén Itzá, donde se encuentra la más grande (170 metros de largo) con muros laterales de 7 metros de altura.

Queda una duda a saldar entre los historiadores: si los sacrificados eran los ganadores o los perdedores.

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