Monday, August 24, 2009

Defederico en la playa

Pocos entrenadores (y bienvenidos sean) traen el bagaje cultural de Angel Cappa. Más allá de su derrotero geográfico y de los parajes que el destino le deparó no deja de ser ejemplo de que sin inquietud, curiosidad y lectura, la cultura pasa de largo.

“Borges dijo que la esperanza nunca es vana. Pero creo que se equivocó.”

Profuso lector, amigo de las palabras y de guiños con la dialéctica, Angel Cappa dejó de perdonar a los micrófonos desde que presentara, el miércoles pasado (19.08.09), su último libro “Hagan Juego” en la sede de Deportea: "Son charlas de fútbol, no entrevistas porque no sabría cómo hacerlas. Me sentaba con ellos, con un grabador y un periodista, que después se encargaba de convertirlo."

Aunque como todo personaje público, cosecha aplausos y detracciones, creemos que siempre es bueno escuchar a Cappa, entre otras cosas porque distingue claramente entre forma y contenidos, haciendo interesantes los matices de estos últimos.

"Con Huracán estoy tranquilo porque no se fue nadie en los últimos 10 minutos."

Un espíritu renovado se conjugó y retroalimentó entre él y Huracán a partir de la campaña que dejó al globo en las puertas del título local en el torneo pasado. Una furia con pocos precedentes y no pocas secuelas salió de Parque Patricios cuando el árbitro Brazenas pitó y luego reconoció errores en la final perdida a manos de Vélez. Un equipo sin laureles pero guardado en la memoria futura fue elaborado y comandado por Don Ángel, tomando los recursos disponibles (levantando muertos y probando ignotos).

Uno de ellos es Matías Defederico que, junto a Javier Pastore, hicieron nudos en defensas rivales, por delante de un Sr. Mario Bolatti y en medio de laterales como Araujo y Carlos Arano.

Viendo la situación económica de Huracán y un Tomás Ducó lleno como en las mejores épocas, Cappa reunió a los jugadores y propuso vengar la gloria “robada”. Salvo Pastore (cuya decisión de venta no estuvo nunca en manos de Huracán) y alguna venta necesaria, era imprescindible, para demostrar que Huracán era el mejor, que todos asumieran el compromiso de quedarse, al menos, hasta fin de año.

"Aunque tenga que jugar con la cuarta yo me quedo en Huracán. Tengo un compromiso asumido y lo voy a respetar."

Uno de los que aceptaron el trato, entre lágrimas, fue Matías Defederico que, días más tarde y después de oír una oferta de Corinthians, se preguntaba: "…necesita plata en este momento, no entiendo por qué no me quiere dejar ir".

Así fue que Don Angel, muy amigo de las palabras, reconoce que no existen las malas palabras sino palabras bien o mal dichas (qué bien putea Cappa!) y decidió no estar visible en el momento en que Defedrico se despedía de la Quemita rumbo a Brasil.

"Tiene poca memoria, yo lo llevé a la Primera con Mohamed – estalló Babington presidente -cuando están en la cresta de la ola se olvidan de un montón de cosas. Hace seis meses no jugaba y Cappa lo puso en el candelero".

Y no menos temerario, el inglés sentenció:

Cappa, amigo y hombre de palabra, quedó desilusionado. Bolatti está pensando en arrepentirse aunque piensa en la selección, Pastore ya depositó el 15% de los 8 millones de su pase, Araujo y Arano están al calor del fuego griego, Brazenas sigue con custodia y Huracán, desmembrado, perdió su primer partido siendo una mueca de lo que fuera.

Mientras tanto, Defederico llega al Parque San Jorge (Sao Paulo), motivado por “jugar con Ronaldo” a cumplir con la revisión médica del Corinthians y a demostrar "por que me comparan con Messi".

GUIA: PLAYAS DE SAO PAULO

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