Thursday, November 20, 2008

Voetbal in een vuile oorlog

El próximo lunes 24 de noviembre sale a la luz “Voetbal in een vuile oorlog” (Fútbol en una guerra sucia), libro escrito por los periodistas holandeses Marcel Rozer e Iwan Van Duren, editado por la revista Voetbal Internacional (Editorial May Verkamman) y que continúa, después de 30 años, con la saga investigativa sobre el trasfondo político del Mundial 1978.



Bajo el disparador de preguntarse por qué aquella selección naranja de los ´70 perdió dos finales consecutivas con los anfitriones (Alemania 74 y Argentina 78), los autores – dicen – recorren un camino de investigación que demandó varios años y que les permitió develar, entre otras cosas, como el régimen del General Videla abusó de la publicidad que le reportó la organización del campeonato mundial y las responsabilidades del estado holandés en el viaje de la delegación a Argentina.


La idea original del lanzamiento de la publicación fue la tradicional espera de una fecha conmemorativa: el 30º aniversario de la clausura del torneo que se cumpliera el 25 de junio pasado (2008). Pero la editorial rediseñó el lanzamiento postergando la fecha a partir de la respuesta dada por el secretario personal de la princesa Máxima Zorreguieta a la (acorralante) invitación para una presunta presentación del libro: “un 50% de posibilidades” de que la princesa aceptara, “ella lo verá como un gesto humanitario y no como un acto político… ella no escapa a esta cuestión”.


Como Máxima no puede asistir a ningún acto sin la aprobación del Estado holandés, esperaron la respuesta definitiva de la Casa Real de Orange que confirmó su asistencia para el lunes 24.
Entonces (recién entonces) el diario De Volkskrant publicó el artículo bajo el título “Máxima no teme a un libro polémico”, que comienza con un “El hecho de que Máxima haya accedido al pedido de la editorial May Verkamman es destacable” y continúa explicando por qué fue invitada la princesa al lanzamiento de un libro de fútbol y política.


Máxima Zorreguieta, cuyo currículum para ser (particularmente en Argentina y) mundialmente famosa empieza en su casamiento con el príncipe Guillermo I de Orange y continúa con sus hijos para terminar en que se hace querer por su carácter alegre y el dominio de su nueva lengua, es hija de Jorge Zorreguieta, secretario de Estado (agricultura y ganadería) del gobierno de facto en cuestión durante sus años más oscuros (1976-1980), gestador del mayor genocidio conocido en Argentina, devenido de su previo puesto de secretario en la Sociedad Rural desde donde conspiró contra el antecesor gobierno democrático de Isabel Perón.
De ahí que los parlamentarios holandeses no le permitieran asistir a la boda de su propia hija con el príncipe en 2002, aduciendo que no podía estar ajeno al plan de exterminio llevado a cabo por el régimen del que formaba parte.


Pero en estos tiempos de fama inconsistente y retroalimentable entre medios multiplicados al instante, es posible que con una frase, una nota periodística y un evento de algunos minutos, la princesa de pasado ignoto se desmarque de la situación: “El pasado es de mi padre y yo soy yo”.


Una vez que la editorial obtuvo el “sí” se dispuso al resto: Leopoldo Luque y luego Nora Cortiñas, presidenta de la Línea Fundadora de las Madres de Plaza de Mayo, que vio por última vez a su hijo Carlo Gustavo el 15 de abril de 1977, también aceptó la invitación diciendo que “la presencia de Máxima es una forma de asumir que su padre estuvo involucrado” y al mismo tiempo, “una forma de reconocer a los jugadores holandeses, que tuvieron gestos muy grandes con nosotros y que no quisieron recibir las medallas del segundo puesto”.

Con todo, la presentación se hará en el Palacio Noordeinde de La Haya, a puertas cerradas y en un grupo muy reducido de personas.





Esperamos que el contenido sea, cuando menos, un correlato de impacto de la movida mediática bien elaborada por la editorial.


Dice Marcel Rozer que “en Holanda nadie sabía demasiado de lo que pasaba en Argentina. Había información de Amnesty acerca de la violación a los derechos humanos, pero nuestro gobierno no hizo nada para impedir que el equipo nacional participara del Mundial, así que nosotros, la gente normal, asumimos que no podía ser tan grave”.


Vale recordar que por aquellos días, hasta cuando se publicó la famosa carta apócrifa de Krol en “El Gráfico” donde decía a su hijo que los militares disparaban flores de sus fusiles, el enterado embajador holandés en Argentina, Van den Brandeler decía que Videla era un “hombre de honor”.


Daniel Passarella se negó a hablar y Ubaldo Fillol quiso cobrar por la entrevista. Pero los testimonios de varios jugadores holandeses, Leopoldo Luque, Mario Kempes y César Luis Menotti (“una de las entrevistas más impresionantes que hice durante mi visita a Argentina”, según Rozer) podrán leerse en “Voetbal in een vuile oorlog” (Fútbol en una guerra sucia), título que, desde el vamos, suena complejo.


En algún lugar puede pensarse que es más fácil hallar datos de 4600 años antes de Cristo que de 1978. No obstante la investigación continúa.



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