Que ir a la cancha en México es una experiencia parecida y muy diferente que ir a una cancha argentina. Llama la atención, de movida, el intenso cacheo y “revisado o toqueteo”, en un gran control policial. Una vez adentro, la cantidad de mujeres y niños es mayor que en nuestro país, lo que da un ambiente tranquilo y familiar.
Difieren también la forma de alentar…la ausencia de barras bravas y banderas pintadas con nombres de localidades, mensajes a DTs o a sus madres colgadas en cada rincón de las canchas argentinas: están prohibidas, lo cual se hace extraño al principio y hasta dan ganas de pintar una. Los gritos de los hinchas, las “porras” (cánticos bien definidos por equipos) dan cuenta de que la pasión es tan intensa como acá, solo que las canciones no son cantadas por todos en el estadio (como si lo son las porras). Además algunos equipos tienen himnos propios que hablan de la institución y del orgullo de pertenecer a ellas, y la concentración que todos, absolutamente todos, muestran en el momento de cantarlo pone la piel de gallina.
Pero señores, quizás la mejor y más importante ventaja de ir a ver fútbol mexicano es que mientras estás viendo el mejor y más lindo deporte del mundo, te podes tomar las cervezas que quieras (y no son caras!!). La venta de cerveza comienza poco antes del juego y termina media hora o veinte minutos antes que termine. Si bien se cuenta con esta regulación, el consumo no contribuye a ningún tipo de violencia, sino más bien al contrario. Con esto no quiero hacer ningún tipo de apologías, pero la alegría generalizada que se vive en los estadios mexicanos algo tendrá que ver seguramente.
La prensa, los periodistas deportivos y lo que el fútbol mueve en la opinión pública es igual de “caliente” que en Argentina y siempre es EL tema de la semana.
En cada uno de los partidos, sean importantes, por el campeonato local o por una copa cualquiera, sentí pasión, ambiente cálido, familia….y me tomé unas buenas cervezas!
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