Los balones utilizados entre finales del siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX eran de cuero marrón curtido con 18 paños cosidos en 6 paneles de tres tiras cada uno. Las pelotas más sofisticadas se fabricaban en base al cuero de las ancas de las vacas mientras que para la hechura de las más básicas se usaban los cuartos delanteros. Las cámaras eran de caucho y tenían una “manguerita” para inflarlas. No existían controles de calidad por lo que diferían (hoy groseramente) en cuanto al espesor y la calidad del cuero como del tipo de caucho. Esas diferencias, precisamente, fueron las que generaron la famosa controversia durante la final del primer campeonato mundial celebrado en Uruguay en 1930.
Recordando que fue un mundial sin sorteo ni fase de clasificación ni certeza de disputa (por falta de presupuesto para el viaje o a modo de protesta por el modo de elección de la sede, muchos participantes se bajaron a última hora), para la cita especial se trabajó en una pelota fácilmente distinguible: marrón oscuro, como las pelotas clásicas, formada por gajos rectangulares unidos en una costura exterior de nylon fuerte; las mismas que hicieron llevar boinas a muchos jugadores de entonces para atenuar la situación del cabezazo.
Tan diferentes eran los balones que la controversia inicial de la final radicó en el balón con que se jugaría el partido. Después de no pocas discusiones se acordó jugar el primer tiempo con la pelota “argentina”, cuyos dueños ganaron el parcial 2-1 y el segundo tiempo con la “uruguaya”: los locales terminaron campeones ganando 4-2.
UNA HISTORIA DE LA PELOTA DE FUTBOL - PARTE 6
UNA HISTORIA DE LA PELOTA DE FUTBOL - PARTE 5
UNA HISTORIA DE LA PELOTA DE FUTBOL - PARTE 4
UNA HISTORIA DE LA PELOTA DE FUTBOL - PARTE 3
UNA HISTORIA DE LA PELOTA DE FUTBOL - PARTE 2
UNA HISTORIA DE LA PELOTA DE FUTBOL - PARTE 1
No comments:
Post a Comment