26.04.2011 - Hace unos días, Byron Jara, gerente administrativo financiero del Club Deportivo El Nacional (Ecuador), respondió al periodismo sobre las resoluciones que se tomaron en la última asamblea del club.
Sintetizando, refirió a los tres temas principales tocados en la reunión: la división de una sola gerencia en tres (administrativo-financiera, marketing y deportiva), la permisividad de reelección a los dirigentes (“si las cosas se han hecho bien, existe la posibilidad a que sean reelectos”) y la posibilidad de que jugadores extranjeros se incorporen a las filas del equipo: “Esa propuesta no pasó, se ratificó que se mantengan sólo jugadores ecuatorianos… Tenemos que fortalecer nuestras divisiones formativas, es la razón de ser de nuestro club y así seguiremos trabajando para que los jóvenes sean promovidos al equipo de Primera y posteriormente a la Selección Nacional.”
Sintetizando, refirió a los tres temas principales tocados en la reunión: la división de una sola gerencia en tres (administrativo-financiera, marketing y deportiva), la permisividad de reelección a los dirigentes (“si las cosas se han hecho bien, existe la posibilidad a que sean reelectos”) y la posibilidad de que jugadores extranjeros se incorporen a las filas del equipo: “Esa propuesta no pasó, se ratificó que se mantengan sólo jugadores ecuatorianos… Tenemos que fortalecer nuestras divisiones formativas, es la razón de ser de nuestro club y así seguiremos trabajando para que los jóvenes sean promovidos al equipo de Primera y posteriormente a la Selección Nacional.”
Así, El Nacional (Ecuador) sigue siendo uno de los cuatro clubes del mundo que sólo alistan jugadores de origen nacional en sus plantillas, junto a las Chivas de Guadalajara (México), Deportivo Saprissa (Costa Rica) y Athletic Bilbao (España).
Casos atípicos dentro de un fútbol globalizado, donde bien sabemos del efecto centrípeto de todo efecto globalizador.
1. Deportivo El Nacional (Ecuador): el club de las fuerzas armadas ecuatorianas, propiedad de sus miembros activos y retirados (socios mayoritarios) es el que más títulos ganó en el país (13) junto al Barcelona Sporting (club mucho más antiguo) y de cuya cantera surgieron importantes nombres como los de Luis Antonio Valencia, Jorge Guagua, Christian Benítez y Félix Borja. Su último título: 2006.
2. Deportivo Guadalajara (Chivas, México): el club más popular de México (más de 30 millones de aficionados según encuestas) y “2º del mundo” detrás del Flamengo (Brasil), tiene el equipo que más campeonatos ganó en el país (11) además de varios logros internacionales. Último título: 2008.
3. Deportivo Saprissa (Costa Rica): el club más campeón del país (29 títulos) tiene el récord local de ganar 6 campeonatos consecutivos y llegó a pentacampeón costarricense en 2008. Adoptó la política canteraza luego de su quiebra (2003) y venta a Jorge Vergara (dueño del Chivas meexicano y estadounidense). Último título: 2010.
4. Athletic Bilbao: el club donde sólo actúan jugadores nacidos en el país vasco español, país vasco francés o Navarra o formados en clubes de estos territorios es, junto a Real Madrid y Barcelona, el único equipo que jugó todos los campeonatos de la Liga española (nunca descendió), junto a Real Madrid, Barcelona y Osasuna el único que no es una sociedad anónima (es de los socios), junto a Real Madrid, Barcelona y Valencia 4º en la tabla histórica española, ganador de 23 Copas del Rey y 8 Ligas. Último título: 1984.
Bajo estadísticas no podemos tildar de ineficaz la “política nacionalista”. Tres de los cuatro clubes del póker son multicampeones en sus países. El Athletic (España), de tiempo a esta parte, es el único “pobre” de los cuatro. Tampoco podríamos poner un coeficiente de efectividad del 75% (3/4).
La limitación voluntaria del universo de jugadores fichables responde de maneras distintas en países distintos.
El caso vasco y su descenso competitivo se explica por su participación en un torneo situado en la cúspide del poder comprador (nótese el eufemismo “globalizado”) que tiene acceso (económico) a todos los mercados del mundo, incluso el propio español ya que sus jugadores no emigran como del resto del mundo.
El panorama del Athletic se oscureció sustancialmente después de la Ley Bosman (1995) que, al abrir casi completamente el mercado de jugadores, amplió radicalmente las posibilidades de todos sus competidores españoles (si el Athletic tenía un mercado de 100 jugadores fichables y los demás un mercado de 1.000, después de la ley Bosman la proporción se fue de 100 a 10.000 o más).
Soluciones como más y mejores cazatalentos o sumar más clubes satélites donde formar sus juveniles no dejan de ser caras y/o complejas.
Por el contrario, esta política no presenta los mismos panoramas (y números) en países de Ligas exportadoras (centrífugas de la “globalización”) y de menor competitividad económica.
Aquí, en los países productores de jugadores (y no compradores), se hace viable y (bien administrada) hasta exitosa.
Los beneficios pueden contarse desde el eficaz desarrollo de canteras (inferiores) para convertirse en “club formador” que, administrado ordenadamente, puede sacar réditos económicos menos cortoplacistas y más usufructuables permitiendo, a la vez, el desarrollo total y armónico de sus jugadores (venta gradual).
El fútbol de selecciones tendría gratas novedades al poder contar con instituciones formativas de donde nutrirse para la ejecución de proyectos. No extraña, en este marco, la importante cantidad de jugadores que Chivas y El Nacional aportan a sus seleccionados.
Otro beneficio visible es el grado de identificación y lealtad que logran este tipo de equipos (Chivas y el Athletic llenan sus estadios pase lo que pase) que, acompañada con una buena acción de marketing y servicios y atendiendo al componente emocional necesario, aumentaría tanto la masa societaria como las arcas de un posible eficiente departamento de marketing.
Las desventajas deportivas se mencionaron y, en este caso, les cabe a los amigos vascos insertos en el centro de la “globalización”.
Paradójicamente, aquí en Argentina (de donde salen jugadores de debajo de las piedras), el segundo país exportador de jugadores del mundo, las dirigencias no adaptan sus políticas de fichaje y desarrollo deportivo a los vaivenes del mundo. Imposibilitados de ver el bosque por la urgencia del árbol próximo desangran las canteras, cambian cheques, hipotecan futuro y largan jugadores inmaduros que cada vez vuelven de Europa más temprano para empobrecer drásticamente la calidad de un torneo local que languidece bajo la fantasía igualitaria de que “cualquiera puede ser campeón”.
También paradójicamente, en un fútbol desmesuradamente exportador como el argentino, no existe plantel de Primera División que se componga únicamente de jugadores argentinos. Con todo, Argentina sigue siendo vidriera latinoamericana quizás en mayor proporción a la vez que se van secando las canteras.
El reciente contrato de AFA con el Gobierno Nacional (Fútbol para Todos) es un claro mensaje (en dinero) para releer las oportunidades que esta “globalización” puede presentar. Las públicas y recientes posiciones de Daniel Passarella (Presidente de Ríver) sobre las ventas de los jóvenes valores del club marcan menos tendencia que asombro. No obstante y con sus matices, apareció un Passarella.
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