Monday, November 5, 2007

Lanús más puntero.


Nadie imaginó que en la fecha de los clásicos (Boca 3 - Rácing 0) (Ríver 1 - Independiente 1) (Estudiantes 1 Gimnasia 0) (San Lorenzo 1 Huracán 1), el partido de la fecha se lo llevaría Lanús para afianzarse puntero. Así, Lanús cambió su carátula de "animador" a "candidato" después de revalidar su posición en la punta del Torneo Apertura ganándole al escolta Tigre 2 - 1 (Sand, Fritzler). Y ganó porque fue a buscar el partido con la confianza que la dan 15 partidos invicto como local, porque jugó concentrado, porque el corazón central Pelletieri - Fritzler funcionó sin fisuras y el cronómetro de Valeri no se detuvo. Despunta Lanús como único líder de un torneo chato y sin estrellas, como premio a un trabajo de continuidad y de "equipo".


Lanus 2-1 Tigre (2-1 Fritzler)
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EL ASADITO DEL DOMINGO
El fin de semana vino algo más frío de lo imaginable. El clima por aquí está como el campeonato, impronosticable. Todavía estamos esperando la lluvia del miércoles. La cuestión es que el asadito del domingo fue con sweater y la carne se puso al fuego a la hora del inimaginable partido de la fecha.
Cara de lluvia – hincha rabioso de Huracán - llegó un poco más tarde porque venía del Bajo Flores. Los quemeros se juntaron temprano a almorzar en Parque Patricios para revivir el clima de una previa - viaje incluido - que no se vivía desde hace cuatro años. Vueltos de la B visitaron a un cuervo campeón; el caso era, cuando menos, amargarlos. Y les fue bien. No jugaron a nada, resistieron los embates desordenados de los cuervos; con eso y las manos de Barovero les alcanzó para empatar de visitantes y bajar a los “amigos” de una utópica conversación por el título. Cuando llegó, Cara de lluvia todavía llevaba la bolsa de puteadas que no hubo terminado de descargar contra Bottinelli (“Boca es más clásico de San Lorenzo que Huracán”) y contra la policía, que frenó a balazos de goma y gases lacrimógenos el encuentro jurado que tenían las barras en la esquina de Cruz y Varela.
Gustavo, chef bostero (Boca), preparaba morrones cuando la birra ya corría en círculos. Resulta que el asado lo pagó Pineros por perder la apuesta que su Rácing le hizo perder contra Boca. Pineros todavía estaba afónico: “¿qué gritaste los goles de Rácing?” (Rácing perdió 3 a 0). El viejo Argento, quien recibiera los aplausos para el asador, no dejaba de recordarle que no eran más que “una empresa mal administrada” y Pineros, desde su vulnerabilidad, sólo atinaba a pronosticarle una suculenta humillación en el próximo mundial de clubes. “Macri los cagó”, repetía, recordando el declive de Boca en el mismo momento en que Mauricio Macri se desliga de la presidencia del club para asumir el gobierno de la ciudad de Buenos Aires.
Pero la verdadera puja del viejo Argento era con Lucho, hincha de Ríver. “En esa cancha de mierda no se puede ganar” repetía parafraseando a Ortega, portavoz de la excusa acordada (“en esta cancha de mierda no se puede jugar”) después de penar 0-0 contra Defensor de Uruguay en la semana. “Nosotros vamos por la Copa (Sudamericana) - respondía Lucho sin sobresaltarse – ustedes ¿van a traer la mundial de clubes?”. “Vos quedate en Sudamérica” contestaba el viejo Argento entre risas.
Alguien recordaba que Olimpo ganó de visitante por 3 goles (a Gimnasia y Esgrima de Jujuy) como no lo hacía desde hace 40 años, días después de que el Mono Navarro Montoya dejara el arco bahiense para operarse, cuando cayó Rolando, cuervo fanático (San Lorenzo), que, después de soportar a Cara de lluvia, se escudó en la exportación: “Ustedes hacen tipos como el turco Mohamed (su Veracruz mexicano perdió 8 a 0 contra Pumas) y nosotros tipos como el Pocho Lavezzi (hizo el gol de Nápoli sobre la hora para empatarle a Reggina que sigue último sin haberle ganado a nadie)”. No tenía nada que ver, pero lo dijo. Che, ¿ya pusieron calefón en las duchas?
Cuando salí para la cancha vi que había una aglomeración de gente en la esquina. ¡Que raro a la hora de la siesta! ¿Qué pasó? pregunté. Se murió mi suegra – me dijo el tipo – la mató el burro de una patada. ¿Y toda esta gente vino al velorio de tu suegra? No vinieron a comprarme el burro.
A todo esto, las apariciones del viejo Romero, uruguayo y moderado hincha de Estudiantes, siempre dan eco. No sorprendió su alegría por haber ganado el clásico platense (Estudiantes 1 Gimnasia y Esgrima 0) y su jactancia por el nivel de Andujar (arquero). Sorprendió sí, una vez terminado el partido de la fecha, Lanús 2 Tigre 1, terminado el asado, caminando de vuelta a casa, cuando recordó que presenció el gol del Chango Cárdenas en el Centenario (hace exactamente 40 años). Pineros no se contuvo: “¿Vos también gritabas para los escoceses?” “¡Y claro! – retrucó Romero - Ví el gol desde la cabecera, atrás del arco escocés del Céltic y como testigo presencial puedo dar mi opinión: ese gol se lo come el arquero.” En la esquina se separaron. Cada uno se fue a su casa, terminaba la semana y el lunes empezaba temprano, en todos lados menos en Lanús, muy lejos de allí, donde los asados se prolongaron hasta la madrugada.


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