Saturday, November 24, 2007

LA CANDELA catalana.

El día de ayer jugamos un partido en “La Candela”. No fue la primera vez pero sí la vez en que mereció un post. No porque haya errado un penal (lo quise cruzar y la tiré afuera), sino por algo más grande.
Hace más de 2
0 años que el barrio Gral. San Martín del partido de San Justo (Provincia de Buenos Aires) dejó de ver los distinguidos autos que entraban y salían entre aguantes y aplausos. Hugo Gatti, Roberto Mouzo, Silvio Marzolini, Oscar Ruggeri, el chino Benítez, Mario Zanabria, Toti Veglio, Ernesto Mastrángelo, Alberto Tarantini y otras figuras xeneizes transitaban la cuadra y media (entonces sin lomos de burro) que separaba el predio de La Candela, coronado con su famoso tanque boquense, del Camino de Cintura (se entraba y salía por el mismo acceso – la calle Triunvirato - ya que más allá de La Candela, Triunvirato continuaba como calle de tierra hasta bien entrada la década del 90).
El viejo Arge
nto nos cuenta que Gatti era el más metido en los asuntos del asado, que “venía, miraba, picaba y se iba… que le gustaban jugosos… que besaba el vino entre entrenamientos y que era reacio a tomar los cócteles que recomendaba el Toto Lorenzo”. Entonces La Candela era un lujo, las habitaciones y los servicios eran de primer nivel, un campo de entrenamiento a la altura que Boca Júniors requería.
Largos años y varias concesiones (algunos sindicatos) pasaron desde que Boca se desprendiera de los terrenos. Años de pastos largos, vidrios rotos y pizarras desprendidas. Apenas se mantuvo la cancha principal por unos picados barriales que pagaban en más asados y cervezas.
Y ahora La Candela parece revivir bajo la tutela del Centro de Alto Rendimiento Deportivo. Bajo el mismo tanque boquense se rehabilitaron las otras dos canchas reglamentarias
, se reciclaron las instalaciones y se abrieron un gimnasio isokinético, un espacio cubierto con pasto sintético de última generación y corredores de arena para trabajos de potencia.
La noticia corrió como reguero por los pasillos de los clubes argentinos. Allí entrenan ocho categorías de jugadores (unos 200 chicos, en su mayoría de entre 10 y 15 años).

En los días en que a Joan Laporta, presidente del Barcelona F.C, se lo ha visto por Buenos Aires (llegó para la despedida de Mauricio Macri de la presidencia de Boca Júniors) el rumor cobró certeza. "Nos gustaría que salieran muchos Messis y muchos Militos", dijo Laporta al presentar oficialmente la nueva cantera que el Barcelona inauguró en la Argentina. Ni lerdo ni perezoso se apuró a manifestar la inquietud humanitaria que lo llevó a implementar el proyecto: "Messi ha inspirado esta iniciativa, porque la familia sufrió por tener a un chico de 13 años tan lejos de casa, lo que provocó una desestructuración familiar. A raíz de esas conversaciones, se nos ocurrió que el Barcelona tuviera unas instalaciones estables en Argentina".

Así, el club catalán firmó un acuerdo con el Centro de Alto Rendimiento Deportivo para adquirir los derechos sobre los 200 jugadores que entrenan en La Candela, costeando la manutención, hospedaje, educación y viáticos del 10% de los menores que viven allí. Pero para que no se espanten los catalanes y disipar las ideas de un futuro plantel azulgrana colmado de argentinos, el coordinador técnico, Daniel Silguero, salió a aclarar, sin ruborizarse en lo mínimo, que el plan de Barcelona trasciende la búsqueda de nuevos Messis ya que el club pretende disponer de talentos argentinos para negociar con clubes latinoamericanos y europeos.


Los chicos y las señoras del Barrio Gral. San Martín lindan con una Candela remozada de verdes céspedes regados, acogedores jardines y el mismo tanque boquense: ahora pueden vivar a futuras y presuntas estrellas globalizadas.


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